Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

martes, 11 de marzo de 2014

Efímero

No somos conscientes de la importancia de las pequeñas cosas. Esas cosas que son imprescindibles para el funcionamiento del día a día pero que apenas reparamos en ellas. Sólo cuando alguno de esos pequeños fragmentos no funciona correctamente es cuando echamos de menos toda la fuerza que lleva detrás. No, no hablo del estado de ánimo, ni de un abrazo ni de nada tan importante, sino del teléfono móvil. Parece mentira que algo tan ínfimo pueda hacernos variar hasta el carácter, sobre todo porque ni pite, ni se encienda, ni haga nada de nada. ¡A qué hemos llegado!


¿Sonará el politono de la marcha fúnebre?

6 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

¿Realmente es tan importante el teléfono móvil?, han conseguido aislarnos y hacernos dependientes, a partir de ahí consiguen lo que quieran, basta asomarse a la calle y mirar, hay muchos zombis.

Saludos

Juli Gan dijo...

Hay gente a la que le cambia el carácter y todo. De todas formas, que sepas que no estoy hablando de nadie en concreto.

mariajesusparadela dijo...

Aun resisto.
Hce quince años me compré un móvil: a las dos horas, incapaz de soportar que sus llamadas me rompieran la paz y la naturaleza, lo apagué hasta hoy.
Y así deseo seguir.
Me llega con el fijo.

ROSA M. dijo...

Como a muchos otros artilugios tecnológicos hay que buscarle las ventajas que nos ofrece pero sin caer en la dependencia y eso de estar siempre localizable a ratos agobia.

Piedra dijo...

A quien le suceda esto debería plantearse seriamente su dependencia de la tecnología y si esta nos sirve o nos esclaviza. ...Y por supuesto obrar en consecuencia.
Saludos.

Anónimo dijo...

parato del demoño.