Pasajes de la Biblia; hoy: Crímenes de los hijos de David

El rey David tuvo muchos hijos de varias mujeres, a pesar de que su gran amor fue Jonatán, el hijo de Saúl. El primogénito se llamaba Amnón, un ser caprichoso que se creía con todos los derechos de pernada del mundo y se sentía atraído sexualmente por su propia hermana Tamar. Un mal día decide fingirse enfermo para que su hermana venga a cuidarlo y el malnacido va y la viola. El hecho execrable no acaba ahí, como niño rico malcriado que es, ahora aborrece a su hermana, aunque sea su propia culpa, pero ya se sabe que un varón real no tiene por que asumir sus crímenes. Después de agredirla le dice que se largue y ella  se niega, porque no se va a largar como si nada hubiera pasado, así que Amnón manda a un criado que la eche de sus aposentos. Esta familia real, como otras muchas, utiliza a sus empleados para el trabajo sucio.

Amnón atacando a su hermana Tamar (de Gérard de Lairesse, siglo XVII)

Tamar rasga su túnica, porque los hebreos tienen la costumbre de destrozar sus ropas cuando están desolados, y va a casa de otro de sus hermanos, Absalón, al que le cuenta todo. Absalón es de esos a los que les gusta  la venganza fría. Por su parte, la rata del rey David, que se entera de la agresión, decide desentenderse del crimen de su primogénito porque para los héroes bíblicos, las mujeres no valen nada y el heredero del trono, como suele suceder, suele quedar impune de sus villanías.

Pasan un par de años y Absalón pide permiso a su padre para llevarse a todos sus hermanos al campo. Ofrece un banquete en medio del cual ordena a sus criados, otra vez son terceros "mandaos", que asesinen a Amnón, cosa que hacen. David se entera del crimen y rasga sus vestiduras, como se nota que no las cose él. Los judíos con los disgustos no ganan para aguja e hilo. 

Absalón, después de aquello, se quitó de la vista de su padre durante un trienio. Luego el rey parece que lo perdona y lo manda llamar, pero luego no quiere recibir a su hijo. Absalón se siente rechazado y humillado por su padre. 

Por lo visto había bastantes hijos de Israel descontentos con su rey, pues se van poniendo de parte de Absalón. Lo que viene siendo un golpe de Estado de toda la vida. David, al ver la fuerza que cobra su hijo, se las pira. Después de que se definan quién va con quién, hay una batalla en los bosques de Efraím. Los secuaces de David ganan a los de Absalón, el cual, al verse cercado, corre con su caballo por entre los árboles y, como tenía un peinado tipo rastafari jamaicano, las trenzas se le enganchan a una rama y queda enredado en esta. Y Joab, el general de David, que -recordemos- no era más que un psicópata asesino, se dedica a utilizar a Absalón como diana para sus armas. Lo deja exangüe y agujereado como un colador.

Joab practicando el tiro al blanco (Tapiz)

Y vuelta, el rey David, a lanzar lágrimas de cocodrilo, a romper sus ropajes, pero sobre el trono, por si acaso. Para cometer crímenes, David ya tiene al asesino en serie de Joab.