Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

lunes, 20 de mayo de 2013

Curiosidades sacadas de un libro

Casualidades de la vida. El otro día la delegada del gobierno en Barcelona cometió el error de saludar y rendir honores a los divisionarios españoles que fueron a luchar a la URSS enrolados en la 250 división de la wehrmacht de Hitler. No sabe, quizá, esta señora que como representante territorial de una democracia (Risas) queda muy feo rendir pleitesía a un miembro que fue parte del ejército nazi totalmente antidemocrático. Tampoco el alcalde de Sant Andreu de la Barca, del PSC, partido que después anunció que, claro, el alcalde "no sabía....". Así nos luce el pelo entre la desmemoria histórica y que aquí no sólo nadie ha pagado por un golpe de Estado, y ha muerto en la cárcel como Videla, sino que son los mismos que aún hoy nos gobiernan.

Decía lo de casualidades porque a la vez que la delegada del gobierno en Barcelona saludaba al exsoldado nazi el día del 169 aniversario de la fundación de la benemérita por el duque de Ahumada, yo me acababa el libro de Jorge Martínez Reverte sobre la división azul. Es muy ameno, como suele ser todo lo que escribe. Martínez Reverte, además, fue hijo de divisionario. Su padre, Jesús Martínez Tessier, como muchos de los 18000 que fueron a combatir a la "culpable Rusia", iban, sobre todo, a purgar sus días de soldados republicanos o de hijos de cargos republicanos. Martínez Tessier lo publicó en su ameno "Soldado de poca fortuna", y otros famosos como Luis García Berlanga o Luis Ciges, director y actor de cine, iban purgando el pasado de sus padres. El de García Berlanga, en el talego, el de Ciges fusilado en el 36 por falangistas por   ser gobernador de Ávila.

Da para mucho el libro de Martínez Reverte, ya que pasa de las 500 hojas, pero cuenta unas cosas muy curiosas. Nos habla, nada bien, por cierto, de José Félix de Lequerica, que fue un político bilbaíno al que sorprendió la guerra civil siendo embajador de España en París. Nada más oír que había guerra, cruzó la frontera, se hizo falangista, y eso que había sido monárquico, y fue alcalde de Bilbao desde que entraron los nacionales en el 37 hasta que lo enviaron de vuelta a París como embajador.

En esto que los nazis dominan media Francia y la otra media es un territorio gobernado por fascistas. Vergonzosamente Petain le concedió la legión de honor en 1943. Vaya par de carcamales fascistas. Consiguió que Max Aub, español y, además, judío, fuera deportado a Argelia y que a Federica Montseny la enchironaran.Persiguió a Azaña hasta la muerte de este. No consiguió que lo mataran los franquistas, pero sí consiguió que la gestapo entregara al gobierno de España a políticos que acabaron fusilados: Lluis Companys, president de la generalitat, fusilado en Montjuic en el 40; a Julián Zugazagoitia, político socialista bilbaíno, ministro republicano, fusilado en Madrid en el mismo año.

Francisco Largo Caballero tuvo la esquiva suerte de que, visto los resultados, el tribunal de Limoges, previa detención, denegara la extradición a España del presidente del gobierno republicano, ya que había riesgo de fusilamiento sin juicio justo, como con los otros dos. Y la suerte fue esquiva porque la gestapo lo envió al campo de concentración de Saschenhausen donde malvivió como prisionero de KL. Aunque consiguió sobrevivir a la guerra, murió al año siguiente gracias a las penurias sufridas en el campo de concentración.

¿Morir fusilado en España o ser cadáver viviente en Alemania?

Y así era José Félix Lequerica, el embajador en París, feroz fascista seguidor intachable de las directrices hitlerianas. Los nazis, seguidores del reglamento a rajatabla, no hubieran osado tocar un pelo de ningún español, ciudadanos de un amigo país neutral, pero desconfía si Lequerica da vía libre. Había un cónsul con cierta sensibilidad llamado Bernardo Rolland de Miota, que intentaba salvar a judíos sefardíes haciéndose servir de la ley de Primo de Rivera de 1923, por la que se declaraban españoles a todos aquellos judíos de origen sefardí. Consiguió sacar a muchos, aunque Lequerica siempre puso trabas. Hasta llegó a autorizar visados si sólo eran de paso hacia terceros países o si eran deportados a Grecia, donde había una comunidad sefardí importantísima en Salónica, a pesar de que ya sabía él que los judíos de Grecia estaban siendo exterminados en masa en los campos de Polonia y Ucrania.

Monsieur, l'ambassadeur 

Luego la cosa empeoró, porque en el 45 a Lequerica lo hicieron ministro de asuntos exteriores y ya no era sólo Rolland de Miota, el embajador de España en Budapest, Ángel Sanz Briz, mandaba informes recogidos de dos fugados de campos de concentración para que España mediara. El gobierno de Franco y su ministro sabían qué pasaba y cuál era la actitud de su país "amigo". Sin embargo, creemos que estos informes, en una España de racionamiento, acababan poco menos que en el retrete del señor ministro como limpiador de esfínter después de haber acabado con las tareas fisiológicas del cubículo para tal menester.

Así era Lequerica, todo un dechado de bondad y humanidad. Tanto que acabó como embajador en la ONU cuando la ONU aceptó a la España franquista como animal de compañía.

Y así nos luce el pelo.....

7 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Viendo lo que está ocurriendo en la actualidad, no me sorprende que la derecha más o menos rancia, esta última para no desdecir, rememoran todo lo que de facherio les venga a la memoria, lo que me sorprende y me avergüenza es que gente de la izquierda, ¿que izquierda nos queda ya?, se encuentren presentes en esas celebraciones.

Hace unos días se celebró la liberación del campo de exterminio nazi de Mauthausen (Austria)donde murieron varios miles de ciudadanos españoles y allí no hubo ninguna representación española.

Esto es para llorar.

Saludos

mariajesusparadela dijo...

Franco ha Werto (rezaba un cartel el otro día en una mani) (y, fíjate que digo "rezaba")

Siempre suya dijo...

Tomo nota del libro, Juli.

Mil gracias

emejota dijo...

No te sorprenda que algun@s estemos hasta los webos y elijamos nuestra ración de locura diaria. Muxu.

ROSA M. dijo...

Tantos asesores elegidos a dedo que pagan (pagamos) y alega que no lo sabía???
Que “agustito” se sentiría Franco si levantara la cabeza.
Un petó Juli,

Anónimo dijo...

Aprendo tanto tanto... ;)

Lenteja dijo...

Me pongo mala, de verdad...
Besos.Lenteja