Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

jueves, 27 de enero de 2011

Mordejai Vanunu

Del libro de Alberto Pradilla, El judío errado, tenía intención de remarcar el capítulo sobre Mordejai Vanunu, que era un técnico de la central nuclear de Dimona, en el desierto edl Neguev. Vanunu un día se dio cuenta de un terrible hecho y quiso decirlo al mundo entero. Su propio país y sus conciudadanos lo tachan de traidor y lo encerraron en prisión por anunciar al mundo que Israel tenía la bomba atómica. Por Vanunu nadie en el mundo pidió libertad, aunque fuera candidato al Nóbel de la paz durante tantos años.

Vanunu nació en los años 50 en Marrakech (Marruecos) en el seno de una familia judía sefardí. Su familia, unos pocos años después emigro a Israel ya que este Estado reclamaba y aún lo hace, a cuantos judíos quieran hacer la "aliah" (la vuelta a la tierra). A pesar de no ser de la élite askenazí europea rubia, pálida y con los ojos azules, con mucho esfuerzo, Vanunu alcanzó la universidad y pasó por el servicio militar obligatorio. Y entró a trabajar en la central nuclear. Vanunu, que se había convertido al cristianismo, se dio cuenta de que en aquella central nuclear del desierto del Neguev hacían pruebas para algo muy diferente de lo que aseguraba el gobierno de Tel Aviv al mundo, y comenzó a realizar una investigación secreta, llena de pruebas y fotografías. Los señores Burns de la central, que fabricaban una bomba, echaron al díscolo técnico, y este huyó como pudo del Estado israelí. Vagó por el mundo hasta que dio con un periodista interesado en su noticia, que publicó con pelos y señales dadas por Vanunu, lo que negaban desde Tel Aviv.
Vanunu, el pacifista puteado

El gobierno hebreo encargó al Mossad, famoso servicio secreto que va enseñando las artes del Krav Maga y secuestrando gente, ora un anciano asesino nazi, ora un pacifista, que asesinara a Vanunu, que residía en Londres, con ojos hasta en el cogote, aunque creyera fielmente en que más valía abrir los ojos al mundo sobre la bomba atómica, que su propia vida. El director del Sunday mirror, colaboró con el Mossad para que lo capturaran, pero no fue así como Vanunu dio con sus huesos en una prisión israelí.

Se valieron de un clásico: Pacifista conoce a chica doble agente, que se enrolla con él, y lo entrega como un corderito a los servicios secretos. Pero ni eso era fácil, ya que desde Reino Unido no se podía llevar a cabo, así que la agente fichada por el Mossad embaucó a Vanunu para hacer un viajecito por Italia, y nada más llegar a la habitación del hotel después de haber abandonado el aeropuerto de Fiumicino, cayeron sobre él y lo secuestraron, al igual que hicieron con el nazi Adolf Eichmann, sólo que Vanunu, no había matado a nadie. Todo lo contrario, le repugnaba el uso de armamento nuclear.

 Humor judío...Por lo visto

Israel intentó juzgar a Vanunu en secreto, y a medias lo logró. Le cayeron 18 años de prisión por traidor. Estuvo incomunicado. No tenía tratos con más gente que sus carceleros. Los primeros años le rompían las horas de sueño, y sus pocos enseres de la celda, cuando entraban a registrársela. En 2004 le concedieron la semilibertad, pero no puede salir de Israel. No tiene una vida fácil. Nadie le contrata, malvive con una pensión que una fundación noruega le sirve. Vive como un paria y tiene prohibido hablar con periodistas, pero se las arregla para saltarse ese escollo, aunque esto le suponga algún arresto ocasional. Vive mortificado en su país, que lo tacha de traidor, por gritar a los cuatro vientos que Israel es un peligro que enriquece uranio para sus bombas, mientras todos miran idiotizados a Irán.

Ha sido propuesto para el Nóbel de la paz muchas veces. En el 2009 envió una carta a los responsables del premio en Oslo para rogarles que no lo pusieran a la altura de Barack Obama, ya que eso es reirse de la paz, así como cuando se le dio este mismo galardón al estadista israelí Simón Peres, ya que según Vanunu, Peres fue el máximo responsable del nacimiento de la bomba atómica israelí. Peres, además, fue el responsable de arrestar en Roma de una manera tan extraña a Vanunu. Pero así y todo, Peres es Nóbel de la paz...y Obama, también.

4 comentarios:

Pena Mexicana dijo...

me dejas sin comentarios aunque veo que no soy la única a quien le sucede...

besos

Sra. Castafiore dijo...

¡Que historia!, pobre hombre, eso si que es martirio; más que darle el nobel deberian canonizarle. Aunque los nobel de la paz y las canonizaciones ultimamente están "de rebajas".

emejota dijo...

Así es la vida, la puñetera vida. No siempre pero casi siempre por las más altas esferas. Me encanta cómo lo cuentas. Un fuerte abrazo.

iTxaro dijo...

no conocía la historia pero claro, estas cosas son las que acallan, no interesa decir la verdad