Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

martes, 11 de enero de 2011

Crispación y fanatismo

No digo que la historia se repita de una manera exacta, pero se dan premisas y condiciones que enseñan por donde irán los tiros, y esto último, aunque parezca un chiste no lo es. Sensiblerías y buscahéroes aparte, el que se hayan querido cepillar en EEUU a una política demócrata, esto es, de derechas, pero menos que los republicanos, en un estado del far west más auténtico que lucha contra la inmigración de los nativos americanos, aunque sean de habla castellana, enseña muchas cosas. Puede que el desequilibrado armado hasta los dientes fuera un enfermo mental, pero seguro que, además, ha ido autoafirmándose con las majaderías ultraderechistas de los tea, with brandy, party. Pero no es sólo eso.

En EEUU, ya me lo deía mi amigo yankee hace años, hay una polarización extrema de posturas ideológicas y religiosas. Sobre todo de la ultraderecha. Y la masa borreguil que somos los currelas nos vemos sacudidos por ideas extrañas cuando nos sentimos desamparados. Aquí entra lo de "la historia". Hace  82 años, la década de los felices 20 se despedía con una crisis económica galopante. Supuso suicidios masivos, pérdidas de trabajo, vidas, hambre (Steinbeck lo escribía bien)...y sobre todo radicalizaciones ideológicas bien polarizadas. La gente desesperada acudía a los partidos que los alimentaban, si no corporal, anímicamente. El comunismo aumentó, y el fascismo y la intolerancia aún más. Mussolini le daba una patada en el culo al re d'ItaliaVittorio Emanuele III, Hitler llenaba cervecerías y se subía a la chepa de Hindemburg...En España, con sus peculiares particularidades y la picaresca y el arribismo (por lo de Arriba España, digo) un partido-pulga de taxistas y estudiantes, gracias a la oportunidad y a la baraka de un militar que se subió el último a un golpe de "astado" en el que irónicamente no creía...al principio, se convierte en la alegría de los sastres y de los fabricantes de tela azul-mahón.

Hoy día pasa igual. Las posturas se radicalizan y la gente busca la verdad y una luz que les guíe para no darse la hostia en esta tierra de sombras. Oradores y listillos se convierten en líderes de desesperados que ven en el fanatismo la única salida. Fanatismo político, fanatismo religioso (de cualquiera de las religiones). Guerras con excusas peregrinas para que los que las planean se hagan más ricos, mientras tu empresa está en ERE y te comen la oreja de que los inmigrantes se quedan tu trabajo. Y mientras tanto somos tan tontos que nos dejamos convencer.

Por favor, haced que sólo se polarice la Antártida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Jo, qué intensa eres...y cuanta razón tienes!!!

emejota dijo...

Me encanta tu visión política e histórica. Un fuerte abrazo.

El Chouan Ibérico dijo...

Un poco complicado el tema. En Estados Unidos, en mi opinión no existe esa polarización que usted apunta, sino que el extremismo de derecha subyace en toda política norteamericana.

Así es de indicar que, por ejemplo, el Ku Klux Klan en los años veinte llegó a tener más de cuatro millones de afiliados en norteamérica y una enorme influencia en el partido...¡¡Demócrata!!, hasta el punto de que llegaron a bloquear la Convénción Demócrata de 1924 al no poder imponer a su candidato McAdoo contra el católico Al Smith. Esta convención se tuvo que resolver gracias a la mediación de Franklin D.Roosvelt que consiguió que ambos candidatos se retiraran.

Por cierto, que en los años treinta el KKK decayó porque uno de sus líderes, David Stephenson,(este miembro del Partido Repúblicano) fue condenado por violación y asesinato.

En definitiva, la Sociedad Norteamericana, a pesar de lo que deja ver en sus películas, es una sociedad muy conservadora donde el extremismo de derecha existe de forma latente en ambos partidos (Repúblicano y Demócrata), quedando el llamado movimiento miliciano y otras organizaciones como puro folklore de ese extremismo.

Por último, en mi opinión, tanto lo ocurrido en Tucson como lo que ocurrió hace unos años en Columbine no es más que un reflejo de ese "espíritu de frontera" que prevalece en la cultura norteamericana desde "la conquista del Oeste" y permite que existan en manos privadas más de treinta millones de armas.

Salud y Amistad