Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

lunes, 22 de marzo de 2010

Catalina de Erauso

Siempre me fascinó la vida de Catalina de Erauso, que fue una mujer, que vivió como un hombre, porque no podía hacerlo de otra manera, en una época difícil. Catalina de Erauso nació en la misma ciudad que yo, en San Sebastián, en una casa de familia noble, pero corta de pasta, como solía ser habitual, unos 100 años después de que Colón hubiera destapado para Europa la existencia de un nuevo continente. Como era habitual en las familias nobles, pero tiesas de bienes, el ver nacer niñas le suponía más quebraderos de cabeza que alegrías, pues había que pensar que al entrar en edad casadera, había que pagarles una dote. Menos mal que aquella mentalidad tenía pensada otra cosa. El furibundo catolicismo en guerra perpétua con el protestantismo daba la solución. A todas las hijas sobrantes habría de entregárselas al convento más cercano, para hacer de ellas esposas de Dios y tener a alguien que rece por la familia. Jugada Maestra. Catalina de Erauso fue bautizada en la parroquia de San Vicente y a los cuatro años fue encomendada a las monjas dominicas, que por aquella época tenían un convento sobre el picacho que separaba la playa de la Concha de la de Ondarreta. Aquél convento que con anterioridad fue hospital de peregrinos. (San Sebastián se llama así, entre otras cosas porque es una parada del camino costero de Santiago), y luego se lo quedaron las férreas madres dominicas. Monjas de clausura, que a los años, vendieron el terreno por una pasta, y se montaron una fortaleza que aún sorprende en el alto de Miracruz, muy cercano al restaurante Arzak. En el antíguo solar del convento, la reina María Cristina de Habsburgo se pagó de su bolsillo (Algunos deberían tomar ejemplo) un palacete donde el heredero Juanito, en la época de Paco el corneta, vivía mientras estudiaba el bachiller con los PP Jesuítas. Ya me he desviado del tema.

La niña Catalina entró como novicia a los 4 años y allá se quedó toda su triste infancia, ella y sus hermanas segundonas. Siendo adolescente tuvo unas broncas sonadísimas con una monja llamada Catalina de Alii, y parece ser que debido a tales, la joven Catalina de Erauso agarró la puerta (o se subió a la tapia, tanto da) y se largó con galerna cantábrica más que con viento fresco. Consiguió ropa de chaval, se cortó el pelo aún más (ya se sabe que las monjas llevan el pelo corto) y se fue a vivir su vida. Deambuló por Vitoria, Bilbao, Estella y Valladolid con nombre fingido y casi siempre haciendo de joven criado. Poco después se enroló como grumete en un barco hacia América y recaló en Venezuela. Ya se sabe que en este país caribeño, desde aquella época hasta ahora funciona con cierto éxito una poderosa "mafia" vasca, y así, Catalina, aprovechando la lengua de su país, consiguió colocación. Acabó robándole una cantidad importante de dinero a un tío suyo que hacía de su jefe sin sospechar el parentesco, y se largó hacia Perú, donde se estableció como mercader. Por la mala vida pendenciera y jugadora, Catalina acaba matando a un tipo en una reyerta y se ve obligada a largarse echando humo hacia Chile. Por lo visto a la exmonja le molaba cantidad el juego y la pasta que podía sacar de él, además de llevar espadas y puñales y dársele bien el manejo de ambos. Se alista como soldado y baja hacia Chile, en el camino está a punto de cascar en medio de los Andes nevados, en plan "Viven", pero consigue salir de aquél infierno helado. Llega a Chile como soldado donde uno de sus hermanos (varones, por supuesto, si no estaría rezando en la capilla) al enterarse de su orígen lo incorpora a su escuadrón militar. En Chile y como soldado, se dedica a luchar y asesinar araucanos, y por méritos de valor, alcanza el grado de alférez que es un grado ya de oficialidad.

En la enésima trifulca ludópata, Catalina se cepilla a un tipo que resulta ser su propio hermano y se larga, huyendo del puesto, lo más lejos posible. Se pone a dar tumbos por las más importantes ciudades de la cuenca sur del continente, lo que son ahora Argentina, Bolivia, Chile, Perú, Venezuela, Colombia... A punto de ser apresada por la autoridad, Catalina se refugia en una iglesia y pide audiencia con el obispo del lugar, al que le cuenta todo, todito, todo, y el religioso, maravillado, anonadado y estupefacto, le coloca en un convento, hasta que la reclaman en España, y se embarca, vestida de hombre, hacia el continente europeo, donde es recibida por Felipe IV, y después, en Roma, por el papa Urbano VIII que le dispensa el uso de ropa de varón. Al tiempo vuelve a América, esta vez a México, bajo el nombre de Antonio de Erauso, donde vivirá hasta su fallecimiento, como mercader. Catalina de Erauso fue una mujer que no quiso ceñirse a lo que la sociedad le indicaba y tuvo que vivir como un hombre porque no le quedó otra. Quizá fuera una transgénero adelantada a su tiempo, quizá fuera una mujer que se sentía mujer y que deseaba a mujeres, por las pocas cosas que de sus amoríos cuenta en su biografía, pero que tuvo que luchar contra todo para vivir según su honesto parecer y además salir victoriosa.
La historia de la monja alférez, nombrecito que muchas veces se endosa a oscuras políticas de la liga dura del catolicismo y de partidos derechistas muy poco cristianos, es una historia increíble y fascinante vivida en una época en la que ser mujer te abocaba a ser religiosa ó madre nada más, pero existió. Tanto es así que se hicieron dos películas basadas en su vida. La primera, una película mexicana de 1944, donde la monja alférez, a pesar de estar encarnada por la sensual María Félix, no dejaba de ser una mujer con femenina cabellera bajo el sombrero, y asomaba su feminidad domable cuando dejaba la espada a un lado. http://www.imdb.com/title/tt0037083/

Y la segunda película, ya de los 80, está firmada por el director donostiarra y músico Javier Aguirre, famoso por hacer pelis con los Bravos ó Parchís, donde la monja alférez fue encarnada por su compañera sentimental, Esperanza Roy, con bastante dignidad. http://www.imdb.com/title/tt0037083/ Esperanza Roy es una buena actriz, lástima que no le hayan dado papeles decentes, quizá uno de los pocos salvables fuera esa película llamada "carne apaleada", donde hacía el papel autobiográfico de Inés Palou, y donde lo único que les importa a muchos salidos son las escenas de sexo con Bárbara Rey. En fin, cosas del cine de los 70.

Catalina de Erauso fue una mujer excepcional que vivió una época complicada, aunque quizá a muchos les sea desconocida, porque como decía Sílvio Rodriguez, hay mujeres que la historia anotó entre laureles y otras desconocidas, gigantes, que no hay libro que las aguante, y a muchos les interesa silenciar sus hazañas.

11 comentarios:

Hormiga dijo...

OOOOOOh... me ha encantado la historia, mil gracias! Yo también soy Catalina, olé por mi tocaya!

Feminista Cabreada/ Pissed-Off Feminist dijo...

Yo ya habia leido esta historia por algun lado. Mira, a mi, a pesar de aborrecer la iglesia "caotica" me caen bien las monjas, entre otras cosas por que las veo como victimas de un sistema que las aborrece. Tambien me gustan los conventos, no sé, el silencio, la tranquilidad que se respira en ellos me gustan. Por otro lado, como lectora de feminismo que soy, sé que muchisimas mujeres fueron encerradas en ellos, en contra de sus deseos, por la comodidad de unos padres y algunas madres que no querian o podian pagar una dote. Y tambien, pues eso, comodidad para no tener que bregar con la hija. Claro ejemplo de como la vida de una mujer no vale nada en el patriarcado.
Y sin embargo, leyendo sobre arte y feminismo, he aprendido como varias mujeres a lo largo de la historia han tomado los habitos porque ese ambiente era el unico en el que podian estudiar y leer y aprender y desarrollarse intelectualmente. La alternativa hubiera sido tener que aguantar a un marido y/o perder la vida dando a luz. Muchas prefieron convertirse en monjas. Parece una decision bastante drastica, en un mundo en el que las mujeres no podian amar libremente y al mismo tiempo crear y recibir un sueldo, igual que los hombres.
Me gustaria pensar, cuando visito conventos, que algunas monjas pudieron tenerlo todo, o casi todo, a su manera: que pudieron seguir aprendiendo y escribiendo y amando... a otras mujeres, en un ambiente alejado del mundanal ruido, de las guerras y las miserias que crearon los machos. Espero que sea asi.
Respecto a la Monja Alferez... con dos ovarios!

Anónimo dijo...

Ya conocía algo de esta fantástica mujer, pero me fascina cómo lo argumentas. Más...

emejota dijo...

Magnífica narración con disgresión incluida. Estoy convencida que en los gineceos, digo conventos, se lo tenían bien montado, siempre guardando las apariencias, para no acabar en la horca o en la hoguera. Un abrazo.

iTxaro dijo...

muy interesante esta historia

nineuk dijo...

Estoy de acuerdo en algunas cosas: La historia es interesante y está muy bien contada. Sobrevivir de esa guisa en un mundo de hombres tuvo que ser muy meritorio. Ahora bien... tal como lo cuentas su "obra" son en realidad un montón de cadáveres ¿no?

felicitat dijo...

Una interesante história. Cuando se trataba de legado patriarcal, muchas mujeres tenían que escoger distintas opciones de buscarse algo que comer y donde sobrevivir. Hoy dia, en paises como la China también las familias abandonan a las niñas y las dan en adopción o las venden por no pagar esa dote, o por dinero. En otros países, como la India o sus alrededores, las niñas son vendidas por dinero también, utilizándolas de esclavas o como comida de machos en muchos prostíbulos, el sexo femenino siempre a estado menospreciado o infravalorado por el otro sexo, es triste y aberrador pensar que hoy día siga siendo causa de tanta violación de derecho. Hablando de otra, hay muchas mujeres que adoptaban nombre varonil para escribir libros o incluso poemas, por su argumento. El sexo débil, por eso, es astuto y paciente, aunque también saben agarrar las armas si hace falta. En Ribas de Freser, hay una fuente dedicada a Santa Catalina. Se llama la font de la Caterineta, se celebran allí las verbenas veraniegas en honor a ella. Un beso Basque!!!

Sra. Castafiore dijo...

Gran historia y mejor narración. La pobre Catalina seguramente nunca quiso ser ni monja ni alferez, sino simplemente libre.

Bueno y seguramente también tahura del mississipi con mal perder.

Juli Gan dijo...

HORMIGA: Hay unos cuantos libros sobre su biografía por ahí, además de las dos pelis, por si tienes más curiosidad.

COMMUTER: Ufs, my friend, como en todas las grandes organizaciones, hay de todo. Hay buenas monjitas y auténticas hijas de Lagrán y Pipaón (dos pueblos) y, como dices, era el único lugar donde muchas podían desarrollarse espiritual e intelectualmente, y algunas otras, a la vez o por separado, ponerse ciegas de follar con sus hermanas. Hmm, bien mirado, la de cosas que se nos escapan de esas comunidades.

ALSON:..Eh, pues...gracias por el cumplido. Como diría tu, esperemos que menor parte del cocktail, "agradecidáaaa y emocionadáaaa..."

EMEJOTA:Sí, yo también lo creo. La de cosas interesantes que habrán surgido en esos lugares y que jamás sabremos, con lo cotilla que soy, aifs!

ITXARO: ¿Verdad que sí? Yo siempre pensé que era fascinante e impensable en una época así

NINEUK: Pues sí, nineuk, baduzu arrazoi guztia. Época convulsa, vida convulsa y más en América. Lo de asesinar araucanos lo he puesto con toda la mala leche que he podido. A éso se dedicaban los súbditos de la corona de entonces en aquellos territorios, ¿Como ahora?, y Catalina de erauso, además era pendenciera y jugadora, siempre con un filo metálico al lado.

FELICITAT: Efectivamente, en otros lugares el destino de las que nacen mujer es aún peor. Uno de los pocos lugares donde prefieren los nacimientos de féminas a la de los varones es Filipinas, pero sólo porque las colocarán en el extranjero como criadas ó putas de lujo y traerán dinero a casa. Muchas de ellas en los países del golfo pérsico son las dos cosas a la vez. Otro abuso del servicio doméstico por parte de una cultura que no quiere bien a las mujeres.

SRA. CASTAFIORE: Jaaajajaja. Muy bueno. "Tahur del Orinoco" Jaajajaja. En aquella época seguro que no tuvo otras alternativas. Si al menos hubiera existido Las Vegas. ;-)

farala dijo...

jajajajaaaa "un palacete donde el heredero Juanito, en la época de Paco el corneta, vivía mientras estudiaba el bachiller con los PP Jesuítas. Ya me he desviado del tema." jajajajaaaaa

me ha encantado, sabía cosas pero no la "dureza" de Catalina... probablemenet ella preferíría que le llemaraos antonio... thanks!

Noemí Pastor dijo...

No fue tan infrecuente en la historia (y en la literatura) que las mujeres se hicieran pasar por hombres para poder vivir como querían. Si lo piensas, hoy hacemos algo parecido.