Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

martes, 12 de septiembre de 2017

Reflexiones sobre la voluntad catalana

Me he resistido hasta hoy de hablar de la voluntad -secuestrada- de los catalanes. Vivo en Catalunya y eso me hace observar, como espectadora privilegiada, lo que pasa alrededor. Catalunya es un país (No quiero herir susceptibilidades, así que os dejo la acepción del vocablo país según la r.a.e.) muy rico, y no me refiero a que es un motor industrial, sino a que la ciudadanía catalana es diversa y plural, como tiene que ser; los hay politizados y los hay que la política es lo último de sus intereses, por detrás de la cría del berberecho; los hay que desean manifestar su respuesta a la pregunta que debería hacerse el 1 de octubre y los hay que no piensan hacerlo; los hay que van a ir a dar respuesta al referéndum para contestar sí y los hay que van a ir para contestar no. Y todo esto es de lo más lógico.

La voluntad popular es antidemocrática para el poder emanado de la dictadura

Y luego está ese gobierno de Rajoy, que durante cinco años ha estado manteniendo su política de esperar sin hacer nada, rezando en secreto para que las cosas se arreglen solas, pero esta vez no le ha salido la táctica indolente tan bien, y, como la cosa sigue adelante, y es incapaz de sentarse a hablarlo, ¿Para qué, si no haciendo nada, hasta ahora todo le ha ido de alguna manera?, apela al poder judicial para que sean otros los que, mediante amenazas,  le salven de su torpeza.

Y por no haber accedido en su momento a conversar con el anterior gobierno de la Generalitat acerca de la pasta, porque siempre es cuestión de pasta, en todos los lugares y en todos los momentos históricos, se ve teniendo que echar mano del poder judicial y de la propaganda mediática a su servicio. Cada mañana RNE más que noticias da el parte de guerra de Catalunya.

Ayer fue 11 de septiembre, 304º aniversario de la voluntad del pueblo catalán de resurgir de una derrota militar aderezada con la venganza ¿Quizá psicótica? de un monarca Borbón, Felipe V, que heredó un reino imponiéndose a otro candidato al trono que era preferido por la Corona de Aragón. El nuevo Borbón de Castilla y Aragón, a la que suprimió sus fueros en el decreto de nueva planta, sólo por puro rencor de que hubieran elegido al archiduque Carlos de Habsburgo, creyó que negándoles la foralidad sometería a las tierras de la corona de Aragón. 

Otro monarca llamado Felipe, heredero de un trono impuesto por un dictador que no reconoció la voluntad soberana emanada del pueblo en 1931, es el jefe de un Estado cuya Constitución juran que es intocable, salvo en casos como el de que sus ciudadanos deban asumir el pago de una deuda hostil, en ese caso, como en 2011, la Constitución podrá sufrir cambios en sus artículos llamándola "reforma express" y a ningún ciudadano se le pidió opinión, no ya permiso, para tocar un pelo de la "sagrada carta magna".

De la reforma express seguro que la mayoría de los españoles no tienen idea, pero del referéndum del 1 de octubre, todo el mundo ha oído o leído algo, de manera convenientemente adulterada, si puede ser. Nos tienen entretenidicos con el tema jurándonos que es un golpe de estado ¿Un referéndum en el que la ciudadanía se expresa?, mientras pagamos la deuda hostil para la que se retocó la constitución sin permiso y el BCE pueda saquearnos mientras nos hablan de democracia quienes detentan puestos de mando gracias a que sus mayores acabaron con ella.

Para otro capítulo dejaré el tema de la exclusividad del nacionalismo patrio y la influencia que 40 años de dictadura más otros 40 años de "transición" han supuesto para los sentimientos de pertenencia-referencia en este reino.

Un referéndum es uno de los ejercicios más puros de democracia que hay. Nadie debería secuestrar ese derecho de expresión popular. Se debería poder expresar la voluntad de decidir con todas las garantías sin estorbos. Usar la libertad de decir, sí, no o me da igual no debería sufrir amenazas.

jueves, 7 de septiembre de 2017

Eternidad

Escondida, con la cabeza gacha, como las avestruces, procurando ser invisible a los ojos de toda la oficina. ¡La oficina! Odioso lugar lleno de indivíduos que interactúan y se relacionan porque no les queda más remedio. Emborronando papeles y con la vista perdida en algún punto de la pantalla del ordenador deseando que acabe la tediosa jornada de esclavitud escasamente remunerada.

Bostezos y aburrimiento infinito procurando pasar inadvertida en esa jungla moderna llena de pitidos telefónicos, chirridos de impresoras, quejas de teclados y aleteo de papeles. La huida momentánea y resignada a la máquina de sucedáneo de café, que sabe a engranajes y tornillos, pero, al menos, atempera las entrañas.

Campo de batalla

Ganas de salir corriendo mientras las agujas del reloj se niegan, con una terquedad insolente, a moverse sobre la circunferencia que las tiene sujetas.

...Y sólo son las once.

lunes, 4 de septiembre de 2017

Reponerse en forma

Un par de semanas de vacaciones pueden echar por tierra el hábito saludable conseguido desde septiembre del año anterior. La pauta conseguida a base de esfuerzo se desmorona estrepitosamente al lograr los días de asueto y holganza. Dicho de manera más telegráfica, estar todo el día de cañitas y tapeo te recauchuta la figura.

Con una semejanza más que preocupante con la figura de la Venus de Willendorf por culpa de ese par de semanas en el verde norte, parque de atracciones del estómago, con sus "pintxopotes" y "juevintxos", una vuelve a casa cebada como una gorrina en los días previos a San Martín. Hay que poner remedio.

La de Willendorf, un septiembre que volvió de vacatas

Te vuelves a poner la ropa de trotar por el campo, que te queda más apretada que de costumbre y te calzas las zapatillas y sales a correr con inusitada ilusión que se trunca al comprobar que la forma se quedó en un rincón de la taberna y que las bacanales regadas con abundantes caldos se ten han subido a la chepa y te impiden moverte con la facilidad de un mes atrás.

Otra cosa que no hay que hacer ni loca, y es que se aprende a palos. Está muy bien hacer limpieza en el congelador, pero no ha sido buena idea rescatar el tupper del cocido de garbanzos. Aunque hace casi cinco horas que te lo hayas zampado, y dos platos, además, correr con un cocido en el gañote ha sido una idea funesta. El ardor de estómago que sube hacia arriba te mata. ¡Querer adelgazar metiéndote un cocido! A partir de hoy, planchitas y ensaladas.


viernes, 1 de septiembre de 2017

Mentira y desniformación

No pensaba mencionar nada sobre los tristes hechos de Barcelona de hace quince días, pero ayer, poniéndome al día de los blogs, encontré el de Emilio Manuel, que hacía una reflexión sobre un poema de una joven británica descendiente de pakistaníes, Suhaiymah Manzoor-Khan. No puedo estar más de acurdo con una voz tan sensible que siente el odio y la incomprensión de sus conciudadanos sólo porque se acusa con el dedo a toda su pequeña comunidad, minoría religiosa.

Vivimos, como dice Rosa María Calaf, en el imperio de la desinformación. Los grandes medios deciden qué es lo que nos debe llegar para formarnos una opinión...incorrecta.



Tengo gente muy cercana, que, a pesar de poseer una inteligencia indiscutible, prefiere creerse las majaderías xenófobas y mentirosas que impregnan todo nuestro alrededor. Encima, si te atreves a refutar, porque yo en estas cosas no puedo callarme, semejantes mentiras, resulta que te conviertes en poco menos que justificadora de los antentados. ¿En qué momento he pasado a justificar semejantes barbaridades?

El domingo, aparte de dar una vuelta por Sant Antoni, acabamos acercándonos a la rambla de les flors, frente al Liceu, triste escenario de un hecho abominable, altar para sensibles, curiosos, morbosos y otros que prefiero no catalogar, pero que muestran su cuestionable dolor, sobre todo, de cara a la galería, para que observen qué compasivos somos.



Hablando de los hechos, este tipo de personas que muestran pena por un lado y odio feroz por otro, se atreven a cargar de una manera furibunda con un colectivo determinado de personas sólo porque tienen una religión concreta o provienen de un país. Eso sí, el término moro les vale tanto si se es del Magreb, de Uzbekistán, de Pakistán o de Bosnia.

Me consta que hay personas heridas por el atropello masivo de países islámicos como Argelia, Egipto, Marruecos, Pakistán, Mauritania, Turquía...Pero se atrevían a decir, sin sonrojo, que no había "ni un moro porque estaban todos avisados". "Sí, claro - contesté- por whatsapp del grupo "atentado, no bajes a las Ramblas".

¡Qué asco! ¿Por qué tiene la gente que ser tan crédula para estas cretinadas xenófobas que sólo buscan nuevos miembros de grupúsculos oscuros para fomentar el odio más execrable? Claro está, que si te atreves a reírte de esta cantidad de gilipolleces insidiosas eres de los otros y estás contra mí.



¡Qué desolación! Cada vez hay más cabezahuecas enchufados la la "realidad" que te ofrecen los medios interesados dirigidos por los no menos interesados en la lucha de poder por los combustibles y a pocos se les ocurre que quizá nos estén mintiendo.

miércoles, 30 de agosto de 2017

Food fusion

Cuánto daño ha hecho la cultura, por llamarlo de alguna manera, anglosajona norteamericana dominante. Ellos, que controlan el mundo por lo militar, se emplean, por lo civil, en imponer sus gustos culturales. Por mucho que se empeñen, un amerindio no es latino en sentido estricto. Latinos son los oriundos de la región del Lazio, capital, Roma. Como debajo de su frontera con México, aparte de las propias lenguas nativas, arrinconadas hasta su desaparición, las oficiales son derivadas del latín de los romanos (Castellano, portugués y francés) todo es "latino", tengo el calor de una copa de vino.

Por mucho que se empeñara ese buscavidas de Cristóbal Colón, jamás llegó a la India, como pretendía. Se tropezó con un continente por medio, pero eso sí, a los pobres nativos, caribes en aquél lugar, les colgaron el gentilicio de los asiáticos y se quedaron con "indios".

Pero no puede ser, por mucho que lo intentes, a ver si te queda claro, que la comida hindú no es latina, ni siquiera porque en Goa falen portugués. Que si se dan comidas punjabíes de ese norte montañoso entre Pakistán e India, no queda Goa demasiado cercano como para que, si pretendes dar autenticidad, haya sabores "latinos", y con latinos nos volvemos a referir a americanos de México para abajo, pasándonos por la entrepierna todo el sur de Europa, que sí que es latino. 

"Comida típica latina"

Que si pretendes hacer cocina fusión, que eso siempre es interesante y la cultura de mesa casi siempre resulta placentera, está muy bien, pero no me negarás que queda raro de gónadas mezclar punjabí con latino. Que queda chusco. Pobres nativos americanos, que si son indios de la India, que si son latinos...¡Qué manera de sustraerles las raíces!

martes, 29 de agosto de 2017

El último fin de semana dulce

Se acabó lo bueno. El dolce far niente toca a su fin. De vuelta al trabajo mientras las horas de sol van mermando. Aún aprovechamos este último fin de semana para acercarnos al siempre fascinante mercat de Sant Antoni a rebuscar joyitas entre tanto libro de segunda mano. Alguna cosa cayó. Me encontré con la novela "el Blocao", que narra escenas de la hoy poco conocida, pero entonces muy sufrida, guerra de Marruecos. Una novela de muy pocas páginas de los años 20 escrita por el periodista, y ex soldado de reemplazo en la guerra marroquí, José Díaz Fernández. Republicano convencido, escapó a Francia, una vez perdida la guerra, y allí murió, aún joven, esperando el pasaje a Cuba. Lo que son las cosas, también me topé con unas memorias políticas del general "dictablando" Dámaso Berenguer. Espero que no se me atraganten.

Par de piezas capturadas

Para acabar el período vacacional, se nos ocurrió subir a la torre de Santa Catalina con un par de cervezas para brindar por el próximo verano. La torre de Santa Catalina es un mirador que se alza sobre el río Cardener  en la orilla opuesta a la ciudad de Manresa con su imponente Seo en primer término. Suele ser lugar de cruising, es decir, sexo furtivo y casual de varones homosexuales. Cuando llegamos nosotras a mediodía no había nadie en aquel lugar, y a primera hora de la tarde, empezaron a merodear unos cuantos automóviles, y, en cada uno, un varón de cierta edad. Todos nos observaban con cierta cautela, quizá porque en aquel momento, las únicas que practicaban algo de sexo éramos nosotras. Dicho de otra manera, de momento éramos nosotras las que les jodíamos el plan. Cuatro varones de provecta edad, cada uno en su coche, esperando el momento en que las notas discordantes, nosotras, abandonáramos el lugar para ponerse manos a la obra.

Aperitivo de fin de fiesta

Creo que de esto ya hablé en su día. La torre de Santa Catalina y el verano tiene un significado muy especial para nosotras.


Como es mejor desperezarse poco a poco, hoy pongo fin a mi relato. Mañana, más.

jueves, 3 de agosto de 2017

Llega el ansiado día

Ya no me queda nada para coger unas semanitas de descanso. Este año las necesito, no como agua de mayo, sino del trimestre entero. Trabajar de cara al público desgasta y mucho. Antes lo llevaba bien, además soy una tía muy simpática al natural (Y en lata, también), pero cada vez tengo menos aguante. Siento cada vez más apetecible la idea de agenciarme un Kalashnikov y liar una masacre. Debe ser la edad, que ya no estoy para escuchar gilipolleces y voy camino de ser una borde de mostrador.

Pero bueno, no pensemos en eso. Aguantemos un par de días más y al salir por la puerta, con mi libertad condicional laboral, dedicaré un corte de mangas a la oficina que va a luxarme el codo. Cantaré el estribillo que hiciera famoso Nino Bravo, aunque sea la luctuosa narración de un fugitivo del muro de Berlín. Lo que importa es el mensaje reiterativo cuando el tema pega fuerte:


Y si no, los de Weezer tienen toda la razón:


Tengáis días exclusivos para vosotros solos u os tengáis que alquilar por horas para pagar la vida, disfrutad de estos días radiantes. Yo sí que lo haré. Hasta la vuelta.