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jueves, 14 de noviembre de 2024

Otra vez va de libros

 No es que quiera hacer un monográfico ya que, igual que en el artículo anterior, esta vez también voy a decir algo sobre un libro y la falta de rigor. Estaba buceando en uno de esos canales de pago, porque en esta casa estamos algo enganchadas al true crime, y entre capítulo y capítulo de la serie escrita por el periodista Carles Porta, me apareció un viejo reportaje de Jon Sistiaga. No es que Jon Sistiaga me parezca un periodista excepcional, esa es mi humilde opinión, sin ánimo de ofender, pero recordé que hacía unos meses había caído en mis manos una novela suya, así que voy a dar un par de pinceladas sobre esta.

Sistiaga probó en la novela siguiendo la estela de Fernando Aramburu, en ambos casos maltratando el euskera en sus obras. Me parece que de esto ya hablé. Y es que para los castellanoparlantes, por muy nacidos vascos que sean, pero no euskaldunes (Vascoparlantes) les parece de lo más natural que sus personajes, presentados como euskaldunak, hablen destrozando el castellano, aunque sea hablando entre ellos, a pesar de que, lógicamente, deberían expresarse en euskera. No sé si me explico bien. Las obras de estos escritores, más allá de lo que traten, están pensadas para castellanoparlantes que no conciben que la gente hable otra cosa. A los  vascoparlantes nos resulta ilógico. Pero lo de hoy no va por ahí.

En ambos libros se representan ciertas similitudes: Mujeres que son las que sufren, aunque Aramburu les da un protagonismo que Sistiaga no. En ambos hay el cerebro a la sombra que recluta pero que se queda a salvo. En ambos está la figura del sacerdote malvado. En ambos está el policía torturador que pasa de puntillas...Un escenario estereotipado y mucho lugar común.

Purgatorio, de Sistiaga, me pareció un poco formato "el Hacendado" si lo comparamos con Patria, de Aramburu, aunque ambas ficciones son eso y no bastante logradas. Lo que me molesta de Purgatorio son dos cosas. Una, que su personaje femenino (Otra novela que no pasa el test de Bedchel) se llama "Alasne". ¿AlaSSSne, en serio? Al autor hondarribitarra se le debería caer la cara de vergüenza porque Alazne va con ese y los guipuzcoanos, sobre todo los del este, deberían saber diferenciar las eses de las zetas en euskera. Por cierto, Alazne es Milagros, por si alguno se lo pregunta.

Pero lo más inconcebible de todo es que Sistiaga, en uno de sus párrafos casi al final, habla de un paraje relativamente cercano a Hondarribia situado en el término municipal de Lesaka, llamado Agiña (Léase "aguiña" en castellano) en el que describe el paisaje y recrea Domiko, San Antón, el monumento al padre Donostia...  Y en su descriptivo atardecer hace que tras Peñas de Aia se oculte el sol. 


Vivo a más de 400 kilómetros de aquél lugar pero cuando lo leí abrí los ojos de par en par ya que he visto mil veces amanecer y atardecer en ese lugar. Jon Sistiaga ha hecho ponerse el sol por el este. Debería documentarse mejor. Una pena.

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