Pero eso anterior, que es un conflicto originado por nuestra codicia occidental, no solventa nuestra situación actual de miseria e indefensión. Durante los últimos seis años nos han echado de nuestros trabajos, nos han echado de nuestras casas, nos han negado ayuda, nos han quitado el derecho a recibir atención sanitaria...Y sólo nos quedaba protestar. Pues bien, se han asegurado de que hasta protestar sea un delito grave por el que imponernos una carísima sanción económica y años de cárcel inconcebibles.
No obedecer a un policía, cuya palabra valdrá más que la tuya, aunque mienta, grabar un acto policial excedido y lacerante, o enviar un mensaje por tu móvil serán delito grave. ¿Que tienes derechos, dices? ¿No se qué de libertad de expresión y de reunión? No, no, no. La policía podrá decir que eres un terrorista, aunque no haya pruebas. Te embargarán la cuenta con ese dinero que ya no tienes y, si aún no te habían deshauciado por no poder pagar la hipoteca, lo harán para que pagues la multa millonaria.
Brecht era muy claro.
Ya nos han convertido en delincuentes. Primero nos quitaron el nivel de vida, luego los bienes, luego los derechos y ahora pretenden quitarnos la dignidad. Pero luego sólo hay vándalos en el fútbol y, oh, sorpresa, el terrorismo anarquista, que es algo que no se daba desde hace 100 años, ha resurgido por generación espontánea. Palo a los okupas anarquistas, que son peligrosos terroristas, según cuentan los medios. Han perpetrado numerosos atentados de los que nadie ha oído hablar. Quizá porque quienes mandan temen lo que están fomentando, una lucha que acabará siendo real.
Hace 85 años hubo una larga crisis económica que, en España fue, sobre todo, del ladrillo. A todo ello se sumó la protesta callejera. Manifestaciones y detenciones. Hubo cambios en los gobiernos y el ambiente político se radicalizó. Luego en España, quienes no podían tolerar que un extremo (Bueno, realmente no lo era tanto) gobernara montaron una guerra. En el resto del mundo, otra. A eso vamos. Ojalá me equivoque.
10 comentarios:
Mi padre me transmitió que el pueblo siempre peón y quien lo olvide malo. Aunque sin peones no se puede jugar la partida.
Pobre del peón que se piense alfil.
En el fondo a nadie importa. Triste realidad la del pensante.
De ahí parte el invento ese llamado religión con sus bienaventuranzas y tal.
De ahí parte el invento ese llamado religión con sus bienaventuranzas y tal.
Tu padre sabía. Lo malo es que nos han hecho creer que éramos otras piezas. Ahora ni siquiera tenemos conciencia de clase peona.
Ciertamente hay muchas maneras de matar que no sean con pistola, navaja, u otros medios al uso, ejemplo: por inacción, por eliminación de derechos, por mirar a otro lado, por prejuicios, por insulto, por..., también se puede matar y esta muerte es peor, se muere lentamente.
Saludos
Pues que tengan cuidado porque como ya nos lo han quitado todo, no tenemos nada que perder...
Todos somos delincuentes mientras no se demuestre lo contrario, si es que dan opción a demostrarlo claro!!!
Sí señora. Más claro imposible. Aplaudo una vez más.
Súper de acuerdo.
Y además tenemos unas tragaderas que ni con embudo.
Encantada, soy Eva.
Yo también veo un camino para repetir nuestro pasado... la única diferencia es que muchos de los jovenes de ahora no tienen ni quieren tener idea de lo que es luchar por su dignidad...
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