Sólido palacio del concilio
Jan Hus nació en la segunda mitad del siglo XIV en Bohemia, actual República Checa, hijo de campesinos, gracias a su inteligencia, consiguió, no sin grandes esfuerzos, estudiar y ser ordenado sacerdote. Debido a su inteligencia, acabó siendo profesor de la universidad de Praga, y, posteriormente, su rector.
Estátua de Jan Hus en Praga
Horrorizado por la exacerbada corrupción del clero, Hus desarrolló una corriente ideológica, cien años antes que Lutero, en la que proclamaba que la iglesia debía ser humilde y pobre como lo era en la época de Cristo. Sus denuncias de los excesos de la curia que envolvía al papa hizo que este lo llamara al concilio de Constanza para que se explicara,y luego se disculpara, de sus palabras.
Hay que decir que en aquellos comienzos del siglo XV la iglesia se veía en la tesitura del cisma de occidente y tenía no uno ni dos sino tres papas a la vez, lo cual era un poco estresante para la feligresía. El emperador Segismundo de Hungría y el primer papa Juan XXIII, nade que ver con Roncalli, lo convocaron, sobre todo para ver qué sin dios era este de que hubiera 3 papas. Consiguieron que Gregorio XII renunciara y que Benedicto XIII se largara a Peñíscola sin estorbar demasiado. Una vez recuperado el llavero del apóstol Pedro, el papa vencedor por K.O., decidió sacudirse a esa pulga de Hus que tanto molestaba.
A Hus, a Jerónimo de Praga y a John Wycliff, que hace años que había palmado, al cual exhumaron para juzgarlo y rematarlo en sentido estricto del término, porque acabó en la hoguera como los otros dos, se les exigió retractarse de eso que decían de que la iglesia era corrupta. Como mentir está muy mal, no lo hicieron y acabaron siendo parte de una barbacoa para que otros se abstuvieran de exclamar sus protestas. Cien años más tarde otro monje alemán, volvió a reincidir en las denuncias de corrupción, pero tuvo más suerte que Hus y sus amigos.
La leyenda dice que Hus, apellido que, por lo visto, significa ganso en checo, dijo entre las llamas que lo consumían "Asaréis un ganso, pero dentro de un siglo encontraréis un cisne que no podréis asar".
Hus al horno, ilustración del siglo XV
Las protestas por la parrillada de Hus en Bohemia sentaron muy mal y fue el desencadenante de contiendas y batallas que son englobadas en la guerra de los 30 años, en los que el poder político y el religioso venían de la mano como novietes del cine.
3 comentarios:
Fijate si la Iglesia tiene batallas en su cuerpo desde que nació hace más de 2000 años como para que ahora se asuste. Todo lo que se diga sobre pederastia, engaños, mancebas, o cualquier acto ilícito de sus príncipes y acólitos, les entra por un oído y les sale por el otro, se la suda.
Saludos
Cuantas burradas se han hecho en el nombre de cualquier dios.
Vaya costumbre de asar todo lo que les molestaba, suerte que ahora ya no se estila jeje
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