Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

jueves, 8 de mayo de 2014

La edad no perdona

Ya me he hecho vieja. Lo sé. No me cabe duda. Pero no porque cada vez que me inocorporo lo acompañe de un "aaay", o porque empiece a ver arrugas de expresión en el espejo (Y en mi cara) , sino porque he hecho algo que nunca había hecho antes, que hacían las viejas de mi barrio y que juré que nunca haría: Mandar a comprar algo a otra persona.

La vecina del 2ºC está a punto de llamarnos desde su ventana

Bueno, lo que pasa es que estamos estudiando para sacarnos el bachiller, mi sobrina y yo, porque ella afirma que nos lo estamos sacando las dos, y me ha llamado para darse una sesión maratoniana de historia del arte esta mañana. Claro, no podré salir a por el pan, así que la he mandado a ella. Tampoco puedo contar la historia del rey Salomón, así que habrá que esperar a tener más tiempo.

Me he convertido en cualquiera de las viejas de mi barrio de cuando era yo una cría.He de aclarar que, como yo era una cría, cualquier persona de más de 25 años era un hermano mayor de Matusalén. Mi alegre y feliz barrio de los 80, donde todos los críos jugábamos en la calle  hasta que te llamaban para comer, para irte o para cualquier cosa a grito "pelao" desde el balcón, y que, cuando no era tu madre, que nunca era vieja, era cualquier otra vecina exclamando "¡Juliiiiii, veeen!" para añadir a continuación "vete a la tienda y tráeme una botella de vino". Y te plantaba cien pelas y tú ibas, y lo peor es que, a tus nueve o diez años, te vendían sin ningún reparo, una botella de pimple de mesa, que más que peleón era mercenario de guerra. Y volvías tan ricamente con los cambios, porque solíamos ser honrados, y la vecina te daba cinco duros.

Me he convertido en la que me mandaba a los recados. ¡Qué tiempos aquellos!

6 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Amiga Juli, es el principio del fin.

Un abrazo y pásalo lo mejor posible.

mariajesusparadela dijo...

dale tres euros...

Esti dijo...

Bueno, yo me siento señora desde hace un par de años. En concreto desde el día en que empecé a darle conversación a la frutera del mercado. Entre eso y que me escandalizo cuando veo a los niñatos del instituto de al lado de mi casa dándose el lote, estoy hecha toda una señorona.

ISA dijo...


Bueno, yo he "utilizado" bastante a mis hijos para hacer recados y en absoluto era una señora mayor. Ahora que sí lo soy, casi que prefiero salir a los recados yo por aquello de moverme, jejeje

ROSA M. dijo...

Historia del Arte? Os estáis sacando el Bachiller Artístico???
Tengo un descendiente que pinta todo lo que pilla pero no consigo que me haga ningún mandao, bueno si acaso previo soborno en efectivo, así que según tu teoría sigo sin ser mayor jeje
Feliz y soleado finde :-))

Unknown dijo...

Jaaaa,parece que vivíamos en los mismos barrios.
¡ Que recuerdos !
A mí también me mandaban a por el vino peleón con el casco vacío de vidrio a la bodeguilla de la esquina.
Un vino que era desalojado en las cubas de la bodeguilla por una camión cisterna similar a los que ahora vemos que limpian las cañerias.
¡ Ah ! Y también me mandaban a comprar un paquete de tabaco HU a la tierna edad de unos 8 años,teniendo que cruzar yo solito la carretera.Pero,al menos,me autocompensaba comprándome una rica y superavinagrada cebolleta.
Imaginate si alguna madre o padre,hoy en día, se le ocurre hacer parecido.Piensa en que jaleo se puede meter.