Tengo un bló

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jueves, 9 de enero de 2025

Año nuevo, mentalidad vieja

 Y ya llevamos un rato de enero recorrido y este blog sin actualizar entrada. Me voy a tener que poner en serio con esto de los propósitos del año nuevo que...Naaah, nada de eso. Una va a seguir con el único propósito en el que me mantengo firme: La gandulería. Pero hoy paso por aquí a dejar una escueta reflexión sobre un fulano al que le gusta alardear de mentalidad de cafre, que es le gañán facha que ha montado una empresa de echar a desahuciados de viviendas.

Por si alguien a estas alturas lo desconoce, Irene Montero ha sacado un libro hace bastante poco y va  promocionándolo por un montón de lugares desde hace varias semanas. La cosa es que, por lo visto, mañana da una charla sobre este en el local hostelero de su esposo. Para la presentación, además de la propia autora, habrá otras mujeres con cosas que decir, entre ellas la lúcida periodista peruana Laura Arroyo, de la que debería decir que es una suerte para nosotros que haya decidido venir a vivir a este reino  de copas . Hasta aquí, todo normal.

El gañán anteriormente mencionado, al que por lo visto, le debe asustar una reunión para presentar un libro en el que, fundamentalmente, asistirán mujeres, hace unas horas (O días, la verdad es que lo que diga el fulano me da igual) ha anunciado que acudirá con afán de gresca y siempre acompañado por un hatajo de aguerridos cultivadores del cuerpo, pero no de la mente. Con ello, aparte de la publicidad granjeada y el aplauso de los que nunca piensan, no ha caído en la cuenta de que su bravuconada le hace quedar como un patán, un cobarde que se atreve con mujeres pacíficas apostando por su fuerza bruta (Más bruta que fuerza) y un fascista, que es lo que es, porque quiere ir a reventar un acto pacífico para imponer su voluntad mononeuronal de que las mujeres no se atrevan a hablar allá sobre este libro.

Porque Irene Montero seguirá presentando su libro, como lleva haciendo hace ya semanas, a pesar de las bravuconadas testiculares de un mamarracho. 


Es decir, aparte de generar publicidad gratis a la taberna Garibaldi, porque habrá curiosos que se acerquen sólo por el morbo, o por ser antifas, o por ser los primos fachas de zumosol de este cretino, crean publicidad gratis de la obra de Irene Montero. A esto se le llama efecto Streisand. El ser simple éste, además, comete la villanía de decir que entrará al acto "por pelotas". Hay que ser zafio y mononeuronal. Derroche de testosterona para imponer su voluntad ante unas mujeres que usan la palabra. Fuerza bruta ante el miedo al uso de la palabra. Lamentable.

Este tipejo no se ha parado a pensar cómo queda retratado. Quizá alguno de su calaña le jalee las pocas gracias que tiene, pero espero que muchos abran los ojos a lo que significa tamaña bravuconada de machito que quiere imponer su voluntad callando bocas ante unas mujeres pacíficas que se reúnen para un acto intelectual. Mentalidad retrógrada. No se ha parado a pensar en lo que significa la manifestación de sus actos de mañana. No se ha parado a pensar, punto.