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lunes, 29 de abril de 2013

La serie B de la historia: El obispo al que hicieron ir de putas

Calahorra no es Calahorra,
que parece Guasintón.
Tiene obispo y toda la hostia,
casaputas y frontón.

(Jota popular riojana)


La jota popular que ensalza la importancia de la villa riojana de Calahorra decía que tiene obispo. Hubo uno el siglo pasado al que le jugaron una muy mala pasada, tanto que su historia parece más un thriller que real.

Fidel García, así se llamaba su ilustrísima, era un leonés de extracción humilde que, gracias a sus habilidades intelectuales, llegó a ser nombrado obispo de Calahorra y Santo Domingo de la Calzada a finales de los años 20 del siglo pasado. Antes de subir en la jerarquía eclesiástica, el cura leonés fue párroco de zonas mineras y tomó contacto con la realidad. Pero su valía lo llevó a ir ascenciendo en cargos por toda Castilla León. En 1931 le ofrecieron ser primado de Toledo, sucediendo al cardenal Segura, pero prefirió quedarse en su diócesis riojana.

Fidel García Martínez, obispo de Calahorra

Bueno, ya os imagináis que en esto vino la guerra, pero la Rioja no tuvo combates y, aunque firmó la pastoral del 37 apoyando la "santa cruzada" (Los únicos  que no lo hicieron fueron los obispos de Vitoria, Mateo Múgica, y de Tarragona, Vidal i Barraquer. A ambos los consiguieron expulsar del país los católicos franquistas. Esto da para otra historia), sin embargo da a conocer la encíclica papal de Pío XI contra el nazismo, cosa que a los franquistas de pro no les gustó nada y se la guardaron para ajustar cuentas en el futuro. Para añadir en 1942, además, una pastoral hablando de los errores humanos que suponen las guerras. Eso picó y mucho a los vencedores de la contienda nacional que apoyaban a Alemania con ahínco.

Decidieron, altos cargos de ese grupo criminal llamado Falange, desprestigiarlo. Habían comenzado en los 40 lanzando bulos sobre sus aficiones a las mujeres y culminaron, de una vez por todas, aprovechando el Congreso Eucarístico celebrado en Barcelona en 1952.

Nota de 1944. Hilando fino desde pronto

Resulta que el Patronato de Protección de la Mujer, que realmente no curraba demasiado, porque mujeres en situaciones difíciles las había, y muchas en aquella España donde se negaba el pan y la sal a los vencidos y, sobre todo, a las vencidas, acordó junto con la policía realizar una serie de redadas en casas donde se ejercía ese oficio despreciado por muchos y utilizado por otros tantos. Juran que en una casa encontraron cohabitando en la misma cama a un  hombre de 72 años y a una mujer de 27, y el hombre no era otro que el obispo de Calahorra, aunque en la casa, y en otros burdeles y cabarets de la ciudad decían conocerlo como "don Manolo". Que gustaba de frecuentar mujeres e incluso menores, eso decían.

Por lo visto, el obispo vestido de tal, cual supermán en cabina, se cambiaba de aspecto en los aseos de las estaciones y salía ataviado con ropa civil para echar mechones de canas al aire tanto en Barcelona como en París. Eso es lo que se encargaban de publicar los interesados.

La policía lo llevó ante el arzobispo de Barcelona para que éste custodiara a Fidel García en espera de ver qué se hacia con él. Fidel García, el obispo de Calahorra, viendo lo que se le venía encima, se retiró a pasar sus últimos años entre Oña (Burgos) y Bilbao, junto a los jesuítas.

Diez años después del escándalo llegaron a Franco mediante el servicio de información militar. Todo fue un montaje para quitarse de encima a uno de los pocos obispos que no comulgaban con el franquismo, ya que de Mateo Múgica, ex-obispo de Vitoria, se deshicieron en plena guerra y a Vidal i Barraquer por poco lo deshacen los de la FAI en plena huída. El obispo calagurritano pillado en el burdel era un doble y el escándalo fue incrementado por puro interés fascista. A los diez años, recibido el informe que contaba, por lo visto, toda la verdad, el franquismo quiso rehabilitar, pero en silencio, a media luz, al obispo, sin embargo, éste rechazó tal rehabilitación. ¿Total, para qué, si ya llevaba diez años hundido en miserables calumnias?

Aún hoy día algunos dan por ciertos estos hechos, desde Paul Preston, hasta documentales como alguno de la TV3. Incluso en esa miniserie para gloria de Tarancón, sacaban el escándalo como hecho real. Por cierto que Tarancón, que tan bien sale librado en esa serie, escribiendo al autor de un libro que pretende esclarecer el hecho, le argumenta:

Monseñor Fidel García fue un gran obispo, pero la verdad es que no sé cómo se pueden encauzar las cosas para reivindicar su memoria.

Si os interesa el tema, hay un buen libro, al que me acabo de referir:

Arizmendi, Antonio: Conspiración contra el obispo de Calahorra, Denuncia y crónica de una canallada, ed. Edaf, 2008.  255 p. 

4 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Ten cuidado cuando taches a la Falange de criminal; la última noticia es que ha sido aceptado a trámite una denuncia de esta "asociación" contra un periodista por llamarle eso mismo. Es lo que yo digo, todo el mundo quiere reescribir nuestra historia.

Saludos

emejota dijo...

Gracias por la información Juli, evidentemente no tenía ni idea, pero lo que cuentas me resulta algo muy normal de la época, ya me tenía mi señor padre bien avisada. Bss.

mariajesusparadela dijo...

Nunca supe de la inculpación rastrera..
Mi problema es que soy anticlerical, incluso con los "buenos"

Anónimo dijo...

Me enteré hoy, por casualidad, de la vida de ese obispo. Lo que no comprendo es cómo todavía hay gentes de buena fe que creen en las patrañas de la religión católica apostólica y romana. Es importante que sean muchos los que sepan la canallada que los supuestos buenos hicieron a ese buen señor. La calumnia era un pecado horroroso, según nos decían, pero ellos la utilizaban para sus fines