Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

martes, 16 de abril de 2013

El digno agazapado

Se sentía cómodo, desde el anonimato que brinda internet. Había creado un blog donde volcaba toda la ira y el desprecio que los fascistas, burgueses, falsarios y cínicos bon vivant le producían. Estaba bien informado y escribía feroces y contundentes posts desenmascarando con crudeza a todos aquellos poderosos que le infundían desprecio e indignidad.

Había comenzado desenmascarando medios, políticos, financieros, especuladores, aristócratas, ideólogos fascistas, empresas con ánimo de lucro y afán de miserabilizar al resto. Le había cogido afición. Se dedicaba a insultar, creyéndose cargado de razón y de dignidad de clase e ideología, a pesar de que trabajaba como funcionario para el Estado al que despreciaba, y desde su cargo intermedio se dedicaba a denegar ayudas a aquellos a quienes luego reivindicaba. Iba de digno burlándose de las debilidades de gurús de izquierda que no lo eran porque se humillaban y reverenciaban en público a los mismos que él hacía en su puesto de trabajo. Pero esto no lo sabían quienes leían su blog.

No dejaba títere con cabeza. Despotricaba hasta de los izquierdistas acomodados que trabajaban en los medios. Puede decirse que hacía el trabajo sucio a los contrincantes de derecha de la Brunete Mediática, ya que era aún más feroz que ellos en sus análisis despiadados de terceros. Haciendo real el dicho de la mujer del César tiene que ser honrada, además de parecerlo, se dedicaba a hundir a quienes podían abrir los ojos a la ciudadanía borrega y adocenada.


Se cagaba en Zuckerberg, pero tenía facebook

Y así iba dejando baldío el solar donde los simpatizantes ideológicos deberían estar, ya que insultaba y despreciaba por cualquier motivo a quienes no estaban a su irreprochable altura ideológica y moral. Eso, porque nadie conocía su realidad de currito lameposaderas del Estado fascista.

Y, como era ateo convencido, pero más antiyankee que nadie, se dedicaba a poner a parir a las cuatro ingénuas feministas que protestaban con  tesón e inocencia a partes iguales, contra ayatollahs persas u oscuros presidentes mafiosos y exespías de antíguas potencias comunistas. Porque en algo se parece la derecha y la izquierda de los hombres y es que las mujeres son igual de despreciables para ambos. Tantos años de marxismo para acabar sus argumentos con "todas putas". Es quizá por eso que ninguna lo aguantaba   y nuestro ilustre e intachable bloguero pagaba por sexo en esos antros culpables de trata de blancas, contra cuyos dueños luego cargaba, después de haberse descargado.

Y esta diatriba me la ha inspirado un blog que he encontrado por casualidad, en el que el intachable bloguero, que se cree libre de pecado, se ha comprado un tirachinas y se dedica, más que a abrir los ojos a la gente, a nutrir las simpatías del vulgo por la burguesía más acomodaticia, porque mira que hay que ser torpe para lanzar piedras contra tu tejado, por muy libre de pecado que creas estar. Que lo creas, nada más. ¿Cómo pueden ser algunos tan torpes para creerse dueños de la verdad?

8 comentarios:

ROSA M. dijo...

Verdad? que verdad? la tuya, la mía o la de él? Porque las tres pueden ser ciertas desde el momento que las decimos desde ese convencimiento.
Otra cosa muy diferente es aprovecharse del anonimato para predicar una cosa totalmente opuesta a nuestra vida real.
2€? aquí 2,5€!!! Si lo miras fríamente una pasada de caro.
Un petó Juli,

Juli Gan dijo...

Rosa: La suya es la única verdadera, por supuesto. El resto somos sucios borregos.

mariajesusparadela dijo...

Yo también soy funcionaria y despotrico del estado que me mato.
Menos mal que no tengo la verdad absoluta, sino pequeñas verdades que , a veces, voy cambiando, preguntándome como pude estar tan equivocada...

Anónimo dijo...

Y qué blogueri es ese?

Anónimo dijo...

Blogueri no, bloguero.

Anónimo dijo...

Y qué bloguero es ese?

Juli Gan dijo...

MARIAJESÚS: Y yo, también despotrico, aunque hace años que dejé de ser interina sin plaza. Pero este es un relato sobre actitudes. La primera censurable, la mía.

Anónimo insistente: Realmente está sacado de un excompañero mío; de un bloguero que dejó de hablarme porque no le di la razón, de otro que escribió sobre FEMEN desde una óptica occidental y misógina. No somos capaces de entender a las mujeres de las exrepúblicas porque no entendemos su cultura, entre otras cosas, y sobre un último bloguero con el que ayer tuve una discusión, y al que he pedido disculpas por tener tan mala leche. No eres tú, por si eres algún otro bloguero de los que trato.

Hei Jei dijo...

a la hoguera con todos!

;)