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miércoles, 10 de abril de 2013

La serie B de la historia: Disfrazando al enemigo para quedar bien

Estaba escribiendo una carta al director del diario de la ciudad donde vivo a cuenta de una noticia sobre unos folletos turísticos de 500 kilómetros más allá, el ombliguismo de los paisanos y que es más fácil ver la paja -con perdón- en el ojo ajeno que el Ikea en el propio, cuando me he dado cuenta, a la hora de apoyar mi argumento en datos a los que el google llega, de como se puede manipular la historia de la manera más majadera.

 Así que hoy la seria B de la historia se la dedico al disfraz cínico que he encontrado en más de una web acerca de lo que el cojo de San Ignacio de Loiola estaba haciendo en el asedio de Iruña (Pamplona, para el resto).

 Curioso, le levantan un monumento al enemigo

 El santo cojo, antes de dedicarse a fundar compañías, que no órdenes, y de ser nombrado general (Ojo con el término militar) de una serie de indivíduos vestidos con ropaje talar, se dedicaba a la guerra. Los comienzos del siglo XVI fueron muy malos para el reino de Navarra. En 1512 las tropas de Fernando II de Aragón, alias "el católico" invaden militarmente Navarra y la someten. No es una anexión alegre como indican en los libros de historia de España. Aquí viene todo el mal rollo. Es una invasión con guerra, muertos, vencedores y vencidos. Sin contar con los nobles navarros, incorpora Navarra a la corona de Castilla, de la que es gobernador hasta que su hija Juana y su yerno Felipe lleguen. Fernando se había casado con Germana de Foix, una moza lozana y joven. Por lo visto Fernando quería un heredero para la corona de Aragón y para conseguirlo, ya que no es un pipiolo, intenta hacerse con un viagra de la época hecho a base de zumo de moscas (Cantárida lo llaman) para aguantar las cópulas, pero parece ser que muere intoxicado por el viagra a base de insectos. Algo conté en un capítulo anterior sobre enchufes y nepotismo.


Volviendo al tema y dejando la historia sexual de los reyes, San Ignacio de Loiola, por entonces era un joven de buena cuna que hacía la guerra del lado de Castilla contra los navarros, y en el sitio de Pamplona, en su ciudadela, a resultas de un cañonazo le desgraciaron una pata. Herido y obligado a estar en cama, leyó vidas de santos, vio la luz y nos montó un ejército de cuervos.

¿Recuerdo de mi primer cañonazo?

 Pero en los libros de historia de España, para sorpresa desagradeble del honor de la verdad, nos disfrazan el ataque al reino de Navarra de "invasión de los franceses", olvidando aposta que la Baja Navarra está en Francia y que los reyes navarros estaban estrechamente emparentados con los de Francia, cuando no eran reyes de las dos coronas a la vez. Así encontramos mentiras y falsedades no una, sino dos, tres y hasta cuatro veces, con frases interesadas como:  En mayo de 1521, cuando tenía 30 años, se encontró defendiendo como soldado la fortaleza de Pamplona contra los franceses, que aseguraban soberanía del territorio ante España. Los españoles eran de número muy inferior, y el comandante de las fuerzas españolas querían rendirse, pero Ignacio lo convenció de que siguiera luchando, si no por la victoria, por la honra de España. 

O bien:
El deseo de ganar honra, llevó a Ignacio a Pamplona para defender esta ciudad fronteriza, atacada por los franceses. La defensa era desesperada, cuando, el 20 de mayo de 1521, Ignacio fue herido por una bala de cañón que le quebró totalmente una pierna, dejándole la otra malherida. Pamplona e Ignacio con ella, cayeron en manos de los franceses.

La famosa ciudadela de Pamplona, hoy unos jardines estupendos.

Y es que tras "la defensa de Pamplona de la invasión de los franceses" se oculta muy interesadamente que la verdadera invasión fue la de las tropas castellanas, pero, claro, como hay que legitimar la conquista, desde entonces, curiosamente se afrancesa la intención navarra de querer desligarse de la Castilla que la invadió: Hay otras versiones como las que recoge Nafarroa Bizirik.

Muy hábiles han sido los que durante estos 500 años, especialmente en estos últimos 150, se han dedicado a maquillar la historia legitimando invasiones y dominios...Pero no son del todo ciertas, las cosas como son. Si no ¿De qué os creéis que al principio hubiera tan mal rollo entre San Ignacio y San Francisco Javier si habían sido enemigos ellos y sus familias durante todo el siglo XVI?


8 comentarios:

emejota dijo...

Gracias por culturizarme fermosa doncella. De todos modos por principio me consta que lo que se publica siempre está distorsionado, por principio. Muxu.

Juli Gan dijo...

EMEJOTA:No te falta razón. La historia la escriben y la "legitiman" los vencedores.

shichimi dijo...

En un libro que he leído hace poco (El sentido de un final de Julian Barnes) el prota le dice esa frase a su profesor de historia y este le contesta (aprox): pero no olvides los autoengaños de los vencidos.
Me dejó pensando.

mariajesusparadela dijo...

Si, la historia la escrie el vencedor.

ROSA M. dijo...

Hace pocos días vi en las noticias la relación de este Santo con tu pueblo adoptivo.
De que me suena eso de “seguir luchando por la honra de España”??
Gracias por culturizarnos Juli, un petonet.

Juli Gan dijo...

SHICHIMI: Buena frase. Sí que hace pensar porque no le falta razón tampoco. Gracias por la visita.

MARIAJESÚS: Es un hecho incuesionable. Un abrazo.

ROSA M: Pfff, la hoja parroquial que pasa por diario local de esta zona no me quiere publicar una carta al director quejándome por la sarta de mentiras que sueltan en su artículo. Por si te hace gracia, y por corregirme las faltas en català, si te "ape", te envío el enlace: http://comunitats.regio7.cat/forums/regi_7_fa_polmiques_sense_cap-h162-f6.html

Petonets.

Anónimo dijo...

Pues entonces todo lo escrito y cinematografiado por los vencedores de la segunda guerra mundial (Capitalistas y Comunistas, amen de los Judios) habra de tomarse con prudencial distancia y no creer a tocateja todo aquello que nos cuentan ¿verdad?

Juli Gan dijo...

Anónimo del 25 de junio: Pues claro, pero no sólo de eso, sino de todo. La historia la escriben los vencedores. La "objetividad historiográfica" es difícil, siempre hay una carga intencionada. Nada mejor que verte una película de indios y vaqueros para saber cómo se trataba a los primeros. Y con lo que nos cuentan ahora por la tele pasa igual.

Un saludo.