Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

martes, 1 de mayo de 2012

Tierra trágame, pero mastica con cuidado

Me he acordado de un momento espeluznante fantástico para el concurso de Candela, en la modalidad "participo, pero no quiero premio, gracias". Hace ya algunos años Juli Gan hacía teatro de aficionados. Preparábamos una obra para junio. A alguien se le ocurrió la brillante idea de representar el enfermo imaginario de Molière. Es la historia de Argan, un hipocondríaco que tiene tanta necesidad de tener un médico al lado que pretende casar a su hija con el hijo de un galeno, a pesar de que la hija ya tiene un noviete. Yo hacía el papel de Antoinette, la criada, confidente de la hija que se encara con Argan, su jefe. Tiene gracia que quien hacía del anciano Argan, al que llamaremos J, era mucho más joven y bastante más bajito que yo, pero, eso sí, tiene un talentazo que "pa qué".

Total que estamos sobre el escenario, y con público, en el momento en que le tengo que cantar las cuarenta a Argán por ser tan interesado en condenar a su hija para emparentar con un médico cuando me quedo en blanco y no encuentro el pie del texto, así que empiezo a improvisar (Total, quién se ha leído a Molière en nuestro barrio), ¿Qué podía hacer?J,  que es muy avispado y se da cuenta de mi cara de terror empieza a seguirme el juego, que duró un par de minutos que se me hicieron eternos, en los que estaba esperando que se abriera un agujero negro para meterme en él. En la escena, Argan tiene que perseguir a Antoinette para darle un bastonazo por su insolencia, cosa que alargamos un rato mientras la gente se reía del "toreo escénico".Al final, tropiezo con el texto, retomamos la fidelidad de lo escrito por el dramaturgo francés y nadie se da cuenta del momentazo de pánico y ansiedad que he sufrido y al que he arrastrado al pobre J.

Ni una más, Jean Baptiste!

Un momento horrible, menos mal que tenía un buen compañero. Llega a ser otro y salimos hechos una ensalada (Por los tomates lanzados). Nunca quise ser actriz profesional, pero en ese momento menos que nunca.

6 comentarios:

Pena Mexicana dijo...

jajajaja menos mal que tu compañero no era de los que se quedan pasmados, te ahorró una vergüenza en serio!

besitos

Candela dijo...

Pobre Juli Gan jajajajajajaja, angelica! Pero si nadie se dio cuenta jajajajajaj

Ole por tu capacidad de improvisación y la de tu interlocutor.

Ripley dijo...

pues yo creo que si nadie se dió cuenta si que fuistéis los dos unos pedazo actores...

Anónimo dijo...

Hija, ¡qué nivel! Siempre ha habido clasessss

Sra. Castafiore dijo...

jajaja, me ha encantado visualizar lo del toreo escénico

Juli Gan dijo...

PENA MEXICANA: Pues sí, porque si llega a ser otro, sí que hay risas...a nuestra costa.

CANDELA: Es que se quedó un poco flipado cuando no reconoció lo que yo decía.

RIPLEY: Eso es lo bueno de no ser más que amateurs, que como somos tan malos, nadie sabe si es del texto o no.

ALSON: Yo creo que era más bien "falta de clases", y quien dice clases, dice ensayos.

SRA. CASTAFIORE: Eso sí tenía gracia, la verdad, y quitaba tensión.