Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

jueves, 1 de julio de 2010

Historias del velódromo

No tenía muy bien pensado sobre qué postear hoy, bueno, es que realmente bien pensado no tengo nada porque los bytes de mi coco no alcanzan, pero eso es otra historia, cuando he leído la contestación de Nineuk al comentario que le hice ayer. En Donostia hay un vetusto velódromo que, aparte de que durante muchos años fue el destino final de la Vuelta Ciclista a España, y sede de numerosos campeonatos de ciclismo en pista, como las 6 horas de Euskadi, suele ser pabellón de conciertos y sala de cine.


Foto borrosa. La cámara no tenía pilas

Pues sí, tiernas criaturas, yo curré durante muchísimos años en uno de los patronatos municipales de mi ciudad. Como era un ente grande y clasista había grandes guerras intestinas que, como es natural, se volvían diarréicas. Pero otro día os contaré cómo caí del cielo de los intocables al limbo de los desheredados. En el cielo de los intocables pocos se salvaban de ser decentes, entre ellos un chico de mi barrio que siempre supo cuadrar las distribuciones de personal como nadie. A mí me encantaba eso que me decía cuando me llamaba por teléfono: “Como sé que te gusta el cine, te envío al Velódromo”, ya que en el Velódromo se pasaban muchísimas pelis del Zinemaldia, e incluso había galas. Jo, me encantaba. Estaba en la portería y me llamaban para apagar luces, estar al tanto de los montadores del escenario…Y sí, me veía las pelis. Vi el estreno de “El bosque”, “the italian job”…Colaba a mi hermano y a mis amigos. Mi mejor amigo entró sin hacer cola en “el milagro de Candeal” por el acceso trasero y disfrutó como un enano del concierto de Carlinhos Brown, que sí, que ahora es un pesado, pero hace siete años estaba de moda. Allá he visto las tres sagas del padrino, click, el estreno de Camarón….




El escenario. Ese día curraba "la rubia"

No sólo había festival de cine, también se daban conciertos. Siempre me alucinaba la de gente que movía un staff de concierto. Lo asombroso era el aspecto patibulario de la mayoría de los integrantes de los tours, más que un concierto, parecía una reunión de moteros con tatuajes hasta en la lengua. Recuerdo con alegría el concierto de Scorpions. Estuve durante todo el montaje y nos quedamos a verlo N y yo. Mira que éramos pocas las mujeres que trabajábamos allá, y siempre que nos tocaba juntas era la caña. Eramos nosotras las que montábamos las cenas y los campeonatos de fútbol, pelota, mus….

Acojonaba cerrar el velódromo estando sola, y más una vez que, al comprobar las puertas para largarme, entrando yo desde la pista hacia el pasillo de los talleres de ciclismo, que rezumaban humedad, me resbalé por tomar demasiada carrera en la rampa y fui a caerme cuan larga soy con las patas al aire y dando con la coronilla en el suelo. Tuve suerte de no tener conmoción, porque si me llego a dar una buena, me encuentran al día siguiente.

Hay muchas más historias de la instalación, como algunas sonadas juntas de soci@s- accionistas de la Real Sociedad, que me tocó vivir, de las épocas de zozobra aún en primera, que dejaban a la toma de la Bastilla en una sencilla verbena de verano.

Jo, qué recuerdos.

6 comentarios:

nineuk dijo...

No hay asiduo a esas instalaciones que no haya probado el resbalón de turno. Para mí no hay mejor sede de conciertos que esa. Con ese marco todos parecen la hostia y siempre suena bien. Mi tope-orgasmo conciertil sigue siendo Ramones-81 en ese magno entorno (y en primera fila) . Queda la duda del porqué de tu copnena a los infiernos...ánimo! (palabra a verificar "pecan"

Kanif dijo...

El velódromo es como un dinosaurio en una charca, siempre húmedo y un poco lúgubre. Tenía una sala de pesas donde "toqué el hierro" por primera vez en mi vida ja ja ja ¡Qué recuerdos!
Un abrazo.

emejota dijo...

Hay que ver, y yo recuerdo cuando se inauguró el velódromo, y las competiciones ciclistas. Me ha dado mucho gusto leer este post. Por un momento me has retrotraído a un periodo feliz de mi infancia. Un abrazo.

Sra. Castafiore dijo...

Que curro más chulo, ¿Y nunca te dió la tentación de darte una vuelta en bici por la pared?

Pena Mexicana dijo...

Me encantó este post y además me recordó cuando yo veía "de gorra" todas las películas que echaban en el autocinema que había detrás de mi casa jajajajaja

besitos de las seis para las dos :P

Juli Gan dijo...

Nineuk: Sí que suena bien la música allá. Creo que el primer concierto que disfruté allá con 16 años fue UB40. Otro día os cuento lo que me pasó en el viejo trikete de Anoeta.

Kanif: Jaaaajajaja, el gimnasio del pleistoceno.¡Pues no has visto el de boxeo..o sí? Había una zona que le llamaban "la capilla sixtina", y nadie supo decirme jamás por qué. Vete a ver el del Gaska anntes de que lo lleven a un museo.

Emejota: Yo recuerdo cuando las piscinas eran exteriores y las pistas de atletismo estaban después del paso a nivel del topo. Creo que me gustaba más entonces.

Sra: Castafiore: Estaba genial. Tuve que hacer un examen para ser conserje, pero era la caña. Un día llamamos por teléfono para bromear a un compañero para preguntar si nos alquilaban las pistas exteriores para andar con la bici, porque hacía buen día para meterse en el velódromo. No sabes la chapa que dimos al primo de turno. Jaaaajajaja.

Pena Mexicana: Bueno, pero no hacías como mi amigo que a sus conocidos, que habían pagado entrada e iban resignados a hacer cola les decía que él iba por el paso vip. ¡Por poco lo mato!