Le habían dicho que el flaco se había comprado un ferrari. ¿Pero cómo se iba a comprar un ferrari con lo tieso que andaba de pasta? Si casi no tenía para vivir. Debía ser un error. El flaco apenas se ganaba la vida. Trabajaba a temporadas en un empleo sin cualificación y casi sin sueldo, lo cual era una pena. Sabía que el flaco era un tipo de pocas aptitudes pero de grandes sueños. Eso sí que lo tenía. Quería comerse el mundo, pero la ambición sin fortuna es difícil de conformar. Al flaco el sueño de comprarse un ferrari le pegaba. Si tuviera la posibilidad seguro que era de las primeras cosas que realizaba. Eso y una villa lujosa con hidromasajes por todas partes, porque el dinero y la horterez no están reñidos.
Eso de que el flaco se había comprado un ferrari ya se lo había oído a varias personas. Incluso el flaco se lo confirmó cuando se lo encontró por el barrio. "Ven a verlo" y allá fue. Por más que veía los coches aparcados de la calle, ningún ferrari. Mucho coche asiático, mucho coche francés, pero el único italiano, un fiat punto minúsculo y viejo. "Está dentro" dijo señalando el portal.
Y, efectivamente, allá estaba, el coche de pedales, en el hueco de las escaleras, al lado de una bici de un niño de la casa.
Las cosas, como son. Que es un ferrari, es innegable.
Marco
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Aitor Arregi y Jon Garaño me parecen dos buenos directores, tanto cuando
trabajan juntos como por separado. La única película suya que no me gustó
fue Han...
Hace 3 días
2 comentarios:
¿Quien es el flaco?, seguro que el ferrari, aún siendo de juguete, era de pega en la casa ferrari todo cuesta un wevo y parte del otro.
No sé de dónde ha salido, pero el vecino lo ha tenido aparcado en el hueco de las escaleras semanas largas. Tiene aún más gracia ya que el dueño ni siquiera es de la casa, es uno de los yernos y se le dijo que lo quitara de ahí y se lo llevara a su casa. No le hizo ni meretriz gracia (Los payos somos de un pesado...)
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