Este sábado pasado por la tarde salimos a dar una vuelta por la miniciudad, entre otras cosas porque hacía falta algo de ropa ligera para esta próxima temporada de bonanza meteorológica. No me considero una valiente pero si de verdad alguien desea ver mi cara de absoluto pavor que me diga un sábado por la tarde "¡Vámonos de compras!". Seguro que la sangre deja de circular por mis venas.
Gracias al cielo, la cosa no fue demasiado eterna, quizá porque con quienes fui a comprar tienen la cualidad de la practicidad. Menos mal.
Tienda tipo
Las modas son un asco y las colecciones están hechas para que gastemos dinero a lo tonto, y, yo no sé qué pasa, pero hay tiendas, alguna de ese capitoste gallego de la ropa, en la que, ya, desde la puerta, no sabes si estás entrando a una tienda de ropa (de mala calidad) o a una discoteca. La música ferretera (Mucha percusión metálica) se oye desde mucho antes de cruzar la puerta de entrada. Yo suelo dudar entre si pedir una camisa en un tono azul o un cubata.
Lo he pillado prestado del youtube
La música está un poquito alta. Quizá sea para que, previendo el dolor de cabeza, pilles la prenda lo más rápido posible, te la pruebes sin fijarte mucho y te largues volando previo pago y casi sin mirar las vueltas. ¿Se puede ser más estridente?
Casi se echa de menos el griterío del mercado ambulante ese de "¡Mirar, guapaas, llevarse el género que lo vendo baraaatooo!"
Marco
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Aitor Arregi y Jon Garaño me parecen dos buenos directores, tanto cuando
trabajan juntos como por separado. La única película suya que no me gustó
fue Han...
Hace 3 días
3 comentarios:
Yo me imagino que los trabajadores de esas tiendas, si no tenían bastante con aguantar empleos precarios de eternas jornadas, ahora encima tener ese nivel de decibelios en la cabeza toda la jornada. Por menos ruido hay obreros que tienen unos cascos en su trabajo para no quedarse sordos. Otra muestra más del desquiciado sistema que nos obligan a aceptar.
¡Cómo me he reído con el título de la entrada, Juli! Yo sí te considero una valiente; ir de compras un sábado es el infierno. Por eso yo llevo los mismos pantalones de verano desde hace tres años, jajaja. Lo de la música es impactante... Realmente me cuesta entender qué pretenden las tiendas con esta estrategia. El único efecto que tiene en mí es el de salir corriendo en la dirección opuesta. Completamente de acuerdo con José Manuel; me parece una tortura para los trabajadores. ¡Un fuerte abrazo!
José Manuel: Esa "banda sonora laboral" tiene que provocar crisis de ansiedad, aunque, en mi curro está todo el día el peñazo del hilo musical. Estoy de los sonidos "ayurveda" hasta la matrícula.
Desbordamientos puntuales: Gracias, guapa. Cuando se van a centros comerciales mostruosos, declino la invitación. Mis pantalones de veranito, del año pasado en el mercadillo de Sabadell, se los compré a un magrebí que suele traer vaqueros majos. Otro abrazo de vuelta.
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