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miércoles, 1 de marzo de 2017

Tropezando con la misma piedra

El alumnado del instituto Pius Font i Quer de Manresa elaboró un excelente trabajo de investigación sobre vecinos de esta ciudad que, acabada la guerra civil, terminaron en los campos de concentración nazis, sobre todo en Mauthausen y su filial, Gusen.



Con motivo de su denodado esfuerzo se tomó la determinación de colocar stolpersteine, es decir, piedras con los nombres de aquellos ciudadanos deportados en las inmediaciones de las casas donde nacieron o vivieron. Hace poco más de un mes que se pueden observar estas stolperstein que nos recuerdan que el racismo y el fascismo no llevan a nada bueno, y esto deberíamos recordarlo hoy mismo, porque parece que no hemos aprendido nada, cuando vemos a toda esa gente que huye de esas guerras tan cercanas y que es mal recibida, como los españoles republicanos que eran hacinados en playas francesas.



Cualquiera que se de una vuelta por Manresa, a poco que se fije, puede encontrar estos adoquines marcados con los nombres de indivíduos que tuvieron la fortuna de sobrevivir o que murieron en horribles circunstancias.



El más célebre de los deportados manresanos quizá sea Joaquim Amat Piniella, superviviente que acabó novelando los horrores de su cautiverio en Mauthausen. Su durísima novela se llama KL Reich, de la cual ya hablé.

Mapa interactivo de los deportados

Insisto en que, para nuestra desgracia, no hemos aprendido nada y seguimos convirtiéndonos en feroces animales que no dudan en odiar, asesinar y condenar con furia a los que creemos inferiores. ¿No hay por ahí un autobús con unos lemas constitutivos de delito que no dudan en atentar contra el artículo número 14 de la constitución? ¿No hay quien echa la culpa al inmigrante de todos los males, a la manera que lo hacían los nazis, porque apelar a los bajos instintos da poder? No dudéis en que si no recordamos toda la barbarie fanática fascista esta va a volver. No seamos así.

2 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

En mi viaje a Alemania el pasado año vi muchas placas como esa, en España ya sabes lo que dijo uno "algunas víctimas del franquismo solo se acuerdan de sus padres cuando hay subvenciones", y el hijo de la gran puta se queda tan tranquilo y ahí lo tenemos, de parlamentario.

Saludos

Celia dijo...

Parece que el hombre nunca aprende.
Yo estuve en Mauthaussen y en Aushcwitz de visita. HOrrible, se pasa fatal.
Muchos besos y feliz finde.