Todas las direcciones

Con frecuencia los carteles señalizadores están mal o inservibles. Pensaba esto mientras conducía despacito con mirada de buho a uno y otro lado de la calle. No conocía el lugar, y encima, adentrarse en un "políngano" industrial en día de fiesta es como entrar en el desierto. Nadie. Ni un alma a la que preguntar. Desconocía cómo diantres había llegado hasta allá. Sólo sabía que no llegaba el transporte público y por eso había conducido el automóvil. Nada, no había manera. Las zonas en nueva construción por las que había pasado no tenían ni el rótulo de las calles, y al escaso par de indivíduos a los que vio y preguntó, no lo tenían claro, pero eso sí, como se negaban a pasar por ignorantes, cada uno, por separado, le había indicado la posible ubicación. Una contradecía totalmente a la otra. Estaba igual.

Asida al volante se decía que ya había pasado por ahí. ¡¡Tres veces!! Giró en la siguiente rotonda y al salir por una de las avenidas desiertas llenas de comercios cerrados elegida completamente al azar, vió el cartel:

Lástima que al centro de la ciudad no quería ir, pero no le quedó más remedio.