Tengo un bló

Tengo un bló
Tmeo, la mejor revista de humor

lunes, 20 de junio de 2011

Recortes

Llegaba tarde a la sesión del parlamento para recortar los presupuestos de sanidad y educación. Afortunadamente no las de coche oficial y guardaespaldas. "Dale, Fermín, acelera que llegamos tarde". El engominado del traje caro daba gracias al cielo de que le quedaban aún cuatro años de parlamentario mientras la crisis pisoteaba a los de abajo. Él había pedido una excedencia del funcionariado público para hacerse cargo de su escaño en el parlamento.

La manipulación internacional de las grandes finanzas les obligaba a tomar impopulares medidas para el ahorro público. Había que recortar una vez más la sanidad pública. ¿Había dicho ya a su secretaria que le pidiera hora con el endocrino del seguro privado adscrito a su mútua de funcionariado público? Menos mal que el funcionariado público tenía acceso a los seguros de sanidad privados. Se estaba engordando debido al aprovechamiento excesivo de las dietas que le ofrecía su derecho de parlamentario.

La chusma porrera y velluda vestida de mercadillo se agolpaba a la puerta del parlamento de la Comunidad Autónoma. ¡Qué asco de gente! Sabía que muchos de los ex-empleados de su hermano, que había conseguido un ERE y una reducción de plantilla, estarían ahí porque no tenían otra cosa que hacer. ¡Chusma! Lanzaron huevos al coche y lo zarandearon. Los guardaespaldas de la empresa privada de seguridad, cuyo dueño era un antíguo ministro de interior, que ahora se lamentaba de que las vacas gordas del terrorismo empezaban a estar a dieta, tenían que ganarse el sueldo exhibiendo sus pistolas hacia la gente.


Nota real del ambulatorio. Ya cobrarán hasta por mear.

El engominado del traje caro sintió miedo de la chusma cabreada. ¿Qué querían esos desharrapados? La clase dirigente se veía obligada a recortar de sanidad y educación. Total, ya había demasiado pensionista yonki y los jóvenes, en su mayoría, eran carne de fracaso escolar. No iban a recortar del ejército, por si atacaba algún otro país menos famélico. Además, un subsecretario tercero del ministerio de defensa ya había hecho un trato con una fábrica de capital nacional, pero en un país en vías de desarrollo, que trabajaban más horas por menos dinero, para fabricar con dinero del Estado los nuevos helicópteros del ejército para ir a controlar un polvoriento país asiático rico en crudo, pero con gente desesperada que no cuenta. Y aquello no se podía parar, porque todos sacaban tajada.

Había mucha empresa privada que deseaba hacer negocios con los gobiernos y esperaban, como agua de mayo, las privatizaciones de varios ámbitos de control público. Al engominado poco le importaba. Llegó a su despacho hecho un manojo de nervios por la zarandeada callejera y sintió la opresión en su pecho. ¿Habrá pedido mi secretaria hora con mi endocrino del seguro privado?. En la mesa de su despacho lucía una foto del engominado sonriente y en actitud servil estrechando la mano del monarca del país. Todo un honor lucir sonrisa y cerviz bajo ante el rey. Él y toda su familia, que vivían a todo lujo de la contribución de todos aquellos que se levantaban cada día a alquilar sus cuerpos por ocho horas, cuando no más, para acabar reventados y exprimidos. El rey, el jefe, rico dueño de yates, coches y fortuna personal, de un Estado semimatado por los crápulas sinvergüenzas de la economía mundial reunidos en un macabro club de ricos, del que la reina, su esposa,por cierto, era miembro.

No queda otra que reducir gasto público. Nos lo pide el FMI. Es un enorme sacrificio que ha de hacer la ciudadania. Eso pensaba el engominado del traje caro mientras se preparaba para dar el hachazo final.  A ver cuando quedo a comer en el club de golf con mi amigo el gran banquero y consigo que me asegure un buen puesto de consejero en su entidad, que paso de volver a mi viejo puesto de funcionario con la mierda de sueldo rebajado.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

...Que digo que ¿cualquier parecido con la realidad se queda corta?...

mariajesusparadela dijo...

¡¡¡Cuánta verdad!!!

emejota dijo...

Genial Juli, te das un arte que pa qué. Besazo.

Pena Mexicana dijo...

jo... y encima lunes... ¿se han puesto de acuerdo emejota y tú?
Tú narrando el presente, ella con un cuento futurista... para colmo, saqué de la blblioteca "El corazón helado" y me lo estoy recetando...

besitos

Padre Angel Kakustarra dijo...

¿De que exótico país nos estás hablando, amiga?. Sin duda que te refieres a alguna "lejana" monarquía naranjera trufada de "facinerosos-robaperas"
Y es que aquí,¡esas cosas no pasan!
Mis bendiciones (y las del sr.arzobispo).

iTxaro dijo...

joer joer joer, y lo malo es que es verdad

El Chouan Ibérico dijo...

Pues la verdad... aunque cobren es una ventaja que no tenemos en Madrid pues en los ambulatorios madrileños ponen carteles diciendo que el médico de familia "NO extenderá certificados médicos oficiales".

Y es que esos certificados siempre había que comprarlos en la farmacia y luego ibas al médico y "te hacia el gran favor" de hacertelos pero ahora ya no te hacen ni el favor.

En cambio los certificados de defunción los compras en las farmacias y el médico hasta va a tu casa a rellenártelos aunque claro... ¿Quien quiere que le rellenen gratis un certificado de defunción?

Salud y Amistad