Mi hermano mayor y yo
Además, mi hermano mayor, que me toma de la mano, cumple años para la víspera del santo y en casa había una celebración. Los mayores, jóvenes, en realidad, pero a mi tierna edad me parecían muy talludos, bailaban con sus trajes blancos, sus cintas y sus polainas con cascabeles y, al día siguiente, se ponían blusas de colores y cantaban y bailaban (Y comían, y bebían) durante todo el día y toda la noche, hasta la mañana siguiente.
Y luego dejé de ser una niña y me convertí en la joven que también acudía a las fiestas, sobre todo porque había acabado el curso, los exámenes y era el primer bocado de libertad absoluta. Y también me ponía pañuelo al cuello, el de mi madre, y blusa de colores.
Bajada de peñas después de comer y,
Más que nostalgia, que algo rasca, lo que tengo es ganas de ir de nuevo.
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