Bastante tengo con la política nacional como para interesarme por la del país vecino. Que sí, que sí, que estudié (¡Ja! Estudiar, dice, la reina de la cafetería) una carrera que se dedica a analizar el mundo del politiqueo, pero no ejerzo, aunque la cabra tira al monte y los cabrones a los puestos de poder. Ya lo hemos logrado por fin. Como dice el brillante José Antonio Pérez Ledo en su tribuna, el primer presidente de un país miembro de nuestra generación X ha alcanzado su objetivo, y con él, nuestra generación se ha hecho visible en las cotas de poder.
El tal Macron, aún treintañero, nacido en la década de los 70, que se ha criado viendo Dragon Ball, el equipo A (Que los franceses titulaban "agence tous risques") o el club Dorothée, es el primer tipo de nuestra edad que consigue, por méritos propios, y no por herencia coronada por "la gracia de Dior", un puestazo de dominador del mundo.
Mise en scène, que dicen los gabachos, muy quedón
Desde luego, representa la modernidad, siendo cabeza demasiado visible de un partido político neoliberal tipo "ciudadanos". De hecho, Albert Rivera no deja de ser una mala copia del fulgurante gabacho. Son de una edad pareja, con estudios de los caros, y preparados y mimados por las grandes fortunas para que se pongan al frente de la política del país, cuidando la finca del dueño que les dio de comer.
Político-empresario de los 70, salvando las distancias
El tal Macron, brillante, se hizo sociata y luego se deshizo, montando, con mucha pasta y empuje desde los poderosos en la sombra, un ¿partido? político con un nombre rompedor "En marche!", que en menos de un año ya ha dado la campanada y se lo ha llevado muerto.
Y con esto, los niños de nuestra misma generación (Que seguirán siendo fundamentalmente varones y con estudios en universidades de las caras a las que no accedimos los hijos de los obreretes), que crecimos en democracias entre algodones, uniones europeas simpáticas y bonanzas socioeconómicas, vamos a cepillarnos el sistema como lo conocíamos. Hemos crecido con la publicidad poderosa y a ella se lo vamos a entregar todo. Hemos llegado a la política por la vía de la empresa multinacional. Ya no habrá política social sino patrocinios de Coca-cola, inversiones de la Glaxo-Smith-Klein o subvenciones de la Nestlé.
Un nuevo sistema, un viejo padecimento
¿Qué creen, que eso no va a pasar aquí? En el desmantelamiento de ese partido político neoliberal llamado PSOE, dos nacidos en los 70, -Patxilo, no, tú, no, rey, tú no pintas nada- se van a encargar de cepillarse una estructura donde la izquierda está en la base, pero quienes mandan realmente tienen el corazón a la derecha, al igual que la cartera. Díaz y Sánchez, de los 70, son los desmanteladores de un dinosaurio que ya no tiene cabida en el cruel nuevo sistema político donde no somos ciudadanos, sino una cosa rara llamada cliente-producto.
Un empresario, anciano ya, es presidente de un país al cual lleva como si fuera una de sus propiedades mercantiles. En Europa estamos a punto de hacer lo mismo, ya sin titubeos de ninguna clase. Para eso estamos los nacidos en los 70, para hacer del sistema político un sistema empresarial. ¡Qué bajón, señor!
Marco
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Aitor Arregi y Jon Garaño me parecen dos buenos directores, tanto cuando
trabajan juntos como por separado. La única película suya que no me gustó
fue Han...
Hace 2 días
1 comentario:
¿Que dominaremos el mundo?, ¿quien te ha hecho creer eso?, los que lo dominarán serán las cucarachas, así que la evolución va dirigida a ese camino, hoy existen unas pocas, más adelante se multiplicaran y se comerán a las más débiles.
Saludos
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