Tengo un bló

Tengo un bló
Tmeo, la mejor revista de humor

martes, 2 de mayo de 2017

La generación del 27 no murió en Alberti, solo que no lo sabes

Hace unos meses cayó en mis manos el libro de Tània Balló titulado "las sinsombrero", que fueron aquellas mujeres que brillaron con luz propia entre la intelectualidad de los años 20 y 30 en  esta aquella España tan pacata. Grandes mujeres pensadoras, escritoras, intelectuales que "cayeron en el olvido" condenadas por el oscurantismo de la guerra,  el exilio la mayoría de las veces y el sexismo feroz del fascifranquismo.

Gran libro el de Tània Balló

Y entre todas las famosas escritoras, pensadoras y artistas: Maruja Mallo, Concha Méndez,  Ernestina de Champourcín,María Zambrano, Rosa Chacel, María Teresa León, Ángeles Santos....una artista multidisciplinar que, si hubiera sido de un lugar mucho menos sexista y menos envidioso, hubiera sido una celebridad: Josefina de la Torre.

Esta mujer canaria fue actriz por vocación, guionista, compositora, soprano, novelista, poeta y columnista. Hacía de todo, como humana renacentista, y, encima, lo hacía bien. Si hubiera sido un hombre, lo hubiéramos tenido que estudiar en las lecciones sobre la generación del 27, pero, no. Era una mujer, mejor callar su obra.

Multidisciplinar, pero desconocida

Cuando murió Alberti dijeron que había muerto el último poeta viviente de aquella generación. De la Torre estaba viva, pero ¿Para qué reivindicar su nombre? Sólo era una vieja. ¿Qué había escrito ella si no sale en los libros? No sale, porque no interesaba que saliera. Muy precoz, publica en plena adolescencia poemas en revistas literarias a comienzos de la década de los 20. A punto de hacer los 20, publica su primer libro de poemas y es Pedro Salinas la que la prologa. En el año 34 Jorge Guillén incluye poemas suyos y de Ernestina de Champourcín en su "antología de la poesía española contemporánea".

Con la maldita guerra, que nos retrasó medio siglo de evolución, por lo menos, Josefina vuelve a las Canarias y se dedica a escribir noveluchas románticas, con seudónimo, con meros fines alimenticios. Rebaja la calidad de su prosa para poder seguir viviendo de ello. Acabada la guerra, vuelve a la capital actuando en teatro y cine, y desarrollando labores de guionista y de ayudante de dirección. Tras la película de Neville "la vida en un hilo" abandona el cine, tema que trata en su novela "Memorias de una estrella".

Poeta de la generación del 27 que no se tiene en cuenta

Se dedicó al teatro, fundando una pequeña compañía junto a su marido y siguió escribiendo y publicando poesía. Es decir, ella siguió publicando y era legítima miembro de la generación del 27. Murió en 2002 siendo la última representante en hacerlo de esa generación, pero, no, en el colegio nos enseñaron que fue Alberti el último en hacerlo, porque ¿Quién es Josefina de la Torre? Una mujer solamente, aunque fuera poeta, novelista, guionista, columnista, compositora, soprano, actriz....Poca cosa.

3 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

No se puede negar que la generación del 27 fue una gran generación de poetas, pero si se analiza en profundidad, algunos de ellos, como personas, dejaban mucho de desear, tras la guerra civil, salieron dejando atrás a demasiada gente y otros se fueron de la lengua, por no hablar de la mujer, algo que ya ha dicho.

Saludos

Desbordamientos Puntuales dijo...

Grandiosa entrada, Juli. No conocía a esta gran mujer y leer lo que has escrito sobre ella me ha enriquecido muchísimo. Impresionante el ninguneo a las mujeres... Me dan ganas de llorar. Un besazo.

JL F dijo...

Muy interesante. La generacion del 27, salvo algunas excepciones, es la gran olvidada por el franquismo y por sus continuaciones pseudodemocraticas. Especialmente, cuando se trata de las mujeres. El caso de Maria Teresa Leon es tambien clamoroso. Ha pasado a la historia como la mujer de Alberti, cuando ella misma era una representante reseñable tanto de la literatura como de la traducción, por no decir de su compromiso político.

Pero también hay olvidados de esta generación, como el gran José Bergamín, mosca cojonera del franquismo y de sus herederos hasta su muerte (en Euskal Herria, por cierto, siendo militante de Herri Batasuna, él, madrileño de pura cepa y que acabó refugiándose de la antiespaña carca y fascistoide después del birlibirloque, engañabobos, de la transición).

Saludos