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lunes, 15 de mayo de 2017

Matanzas en el Madrid republicano, o los fachas encantados de ser insultados

Hace no tanto leí un libro titulado "matanzas en el Madrid republicano". Su autor era un industrial alemán cónsul de Noruega. En este, Félix Schlayer, que así se llama el autor, describe cómo es el ambiente de Madrid en los primeros momentos de la guerra.

No se nota nada que este industrial alemán cree poseer una superioridad racial, puesto que comienza el libro presentando a los españoles como un pueblo perezoso, atrasado e ignorante. A pesar de todo, habrá nostálgicos del régimen "rancionalcatólico" que vean en este libro un elemento para "probar" la maldad infusa de la República, a pesar de lo que digan de España y los españoles, con lo que eso les llena la boca.

La de Paracuellos, sí, pero lo de Badajoz "era mentira porque lo decía él"

En un tono paternalista pretende convencernos de la maldad biológica de "los rojos" y sus ojos inyectados en sangre. Habla de su odio, pero él no se queda corto. Los rojos queman conventos y son capaces de cualquier barbaridad, y eso hay que creérselo porque Schlayer lo dice, pero cuando se habla de la matanza de Badajoz, el lo niega y dice que no se ha de creer cualquier cosa porque el ejército español no osaría cometer tales atrocidades como matar a la población en la plaza de toros.

No se nota nada que el cónsul de Noruega es un alemán encantado con el nacionalsocialismo de su patria. Para ser más claros, en la página  175 nos cuenta: "Era la judía Margarita Nelken, que daba un mitin y decía a gritos que, por encima de todo, había que eliminar a las mujeres e hijos  de esos canallas del Alcázar, sin sentimentalismo alguno. ¡ Era precisamente la nidada, el engendro, la semilla de esa canalla lo que había que desarraigar para siempre".

Bien, detengámonos en este manifiesto del nazi Schlayer. Pone en boca de la diputada Nelken palabras terribles que difícilmente se pueden probar, pero él, sin sonrojo alguno, las publica así, contándonos que es una roja sedienta de sangre, pero eso no es todo. Ya nos ha soltado el manido mantra nazi de los judíos son lo peor. Nos identifica a Nelken como judía. No hacía ninguna falta, pero lo hace. Su profundo antisemitismo que deviene en él por esa supremacía racial que su ideal nazi le hace creer, hace muy difícil que sus patrañas ideológicas, publicadas en Alemania en el año 38, puedan ser tomadas en serio.

Los nazis morenitos son españolitos (Schlayer) Pinchad para escuchar el tema.

Aún así, el libro se editó en España, por primera vez, en 2005 de la mano de editorial Áltera. Cada editorial tiene como objetivo vender a "su público". Eso es normal, claro, pero lo que me hace gracia es que quienes defienden este libro, como "prueba" de la legitimidad del golpe de Estado, aunque la acción suceda en plena guerra, con el golpe ya perpetrado, dejen a un lado que el autor trata a los españoles de "su España", como retrasados mentales, brutos, ignorantes y "untermenschen". Ellos sabrán. El libro, más que libro, es un libelo.

3 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

El querer cambiar la historia está en el adn de los que ganaron, está claro que aquellos que lo hicieron están ahora en pleno desarrollo de cambiar todo lo que no les interesa, por eso el mantra "para que tocar el pasado", el pasado es lo que nosotros decimos.

Desbordamientos Puntuales dijo...

No conocía esta obra y me he quedado a cuadros. Es innegable que cada ser humano tiene una forma de ver e interpretar el mundo, pero una cosa es tener tu perspectiva particular y otra muy diferente es manipular la realidad a tu antojo. Me indignan profundamente estas visiones tan deshonestas y falsas, y te agradezco, Juli, que las des a conocer. Me enriqueces mucho.

Esti dijo...

Menudo angelito. Cuando estábamos olvidando que el nacionalsocialismo fue muy popular en toda Europa y todo el mundo aseguraba ser el más demócrata del lugar resulta que vuelven los partidos de extrema derecha y vuelven a arrasar. Eso sí, con un lavado de cara y con sus representantes diciendo que ellos, de nazis, nada de nada.