Pasajes de la biblia. Hoy: Samuel, el profeta, en busca de rey.

Pues esta era una mujer llamada Ana casada con un tal Elcana. Como siempre, la misoginia cultural nos la presenta como la rival acérrima de la otra esposa de su marido, que tenía el horroroso nombre de Penena. La poligamia es muy recurrente en la biblia.

Total que Ana rabiaba, como otras mujeres de la biblia, porque Penena tenía descendencia con Elcana y ella, no. Después de mucho rogar a Jehová en el templo que gobernaba el sacerdote Helí, consiguió embarazarse, lo cual no garantiza que fuera por rezar, por su marido o por el sacerdote.

Tuvo un niño llamado Samuel al que, por agradecimiento a sus plegarias, o vete tú a saber por qué otra razón menos peregrina, llevó ante Helí, el sacerdote, y lo dejó con él en agradecimiento por el alumbramiento, lo cual es inconcebible, o precisamente por concebir, o...Me estoy metiendo en un jardín.

Total que Helí descubrió que Samuel tenía dotes de profeta. Le daba el siroco entre sueño y sueño y veía visiones. En aquellos tiempos, no, pero ahora lo medicarían. Fue la época en la que los filisteos dieron una paliza bélica a los judíos, pero como la biblia la escribieron los segundos, ya se encargaron de aguarles la victoria contándonos una maldición que tenía el arca, sí, la de Indiana Jones, que habían tomado como botín los filisteos y que se vieron obligados a devolver para sacudirse el mal fario.

Samuel, en casa del sacerdote. Primeras alucinaciones.

Los judíos, picados por la derrota, van a Samuel el profeta y le piden un rey. Samuel les dice: Mira que el rey os utilizará de vasallos; se quedará con lo mejor de vuestras cosechas; de vuestras tierras; de vuestro ganado; os obligará a servirle...(Y eso que no habla de yernos balonmanistas...) Pero los judíos, insensatos, aún así pedían un rey para guerrear y no perder contra sus vecinos, porque, como ahora, aquella tierra estaba superpoblada y los judíos no eran los únicos empadronados del lugar.

Y así fue, Samuel pidió a Jehivá un rey...Del resto, en el próximo capítulo de este culebrón.