Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

lunes, 27 de febrero de 2012

Inauguración en el barrio

He quedado a las siete de la tarde del viernes dentro del recién inaugurado supermercado nuevo del barrio. Voy acercándome al lugar imaginando que estará hasta las orejas de gente, ya que somos todos unos borregos, a ver cómo me las arreglo para encontrar sin agobierme demasiado a la familia. Efectivamente, aquello parece un hormiguero en plenitud de actividad. Gente por todas partes metiéndote el morro del carrito por las costuras. Voy esquivando compradores compulsivos, algunos de ellos, vecinos, que ya me habían dicho a una temprana hora de la mañana que habían estado para la hora inaugural. Por lo visto, han vuelto.

A lo lejos, a traves del tráfico de carritos cuyos conductores miran las estanterías buscando la  mejor oferta en mortadela con aceitunas, veo a la familia dividiéndose la tarea expedicionaria: Cada uno ha de traer una vitualla al carrito en el menor tiempo posible: Tú las zanahorias, tú los libros de lomo, tú el pan de molde. Hasta que llego a ellos, me atropellan siete veces y tengo que alcanzar del lejano estante superior productos a un par de señoras en vigente edad de jubilación y de estatura estándar.

Aquello es un sindiós. ¿Cuál era nuestro carro?. Atasco monumental en el pasillo de lácteos. No hay posibilidad de salir del lugar, y tampoco hay yogures con trocitos de fresa. Alguien grita ¡Al pasillo de droguería! He sido yo, en este pasillo no hay apenas nadie. Será que a nadie le urge comprar cristasol ni velas aromáticas. 

Habrá crisis, pero abren un súper nuevo y todos vamos como borregos a pastar en sus pasillos.  Cola en las cajas, como es natural, pero ya queda poco. El abuelo de delante se hace un lío y pretende pagar con la tarjeta del servicio de salud creyendo que es la visa. Momento friki con una cajera que debe estar hasta las narices de un primer día tan intenso.

 ¡Huy!, ves y tráeme tres paquetes de café molido natural, que se m'a olvidao

Ahora al párking, a ver donde narices está el coche. Este súper nuevo tiene dos aparcamientos, para hacerlo más laberíntico. Por fin, cargamos, salimos, y salimos por la calle contraria a la que deberíamos. Hale, la vuelta al edificio en hora punta. Es igual. ¡Hemos salido! Ya no hay agobios, bueno, sí. Rápido, no sea que se me descongelen los lomos de merluza.

10 comentarios:

Hormiga dijo...

Pero qué tenía de especial el nuevo súper para que fuera tanta gente?? Con lo bien que se está en casa o dando un paseíto por ahí!

emejota dijo...

¿Y tu que hacías ahí el primer día? ¡Haber ido al séptimo mujer, que dios descansó ese día! Muxu.

Emilio Manuel dijo...

También hay mucha gente para matar el tiempo, incluso para no pasar frío en sus casas o en la calle.

Saludos

Anónimo dijo...

Jajajajaja, muuuuuyy buenoooooo.....

LU dijo...

Cuál era la mega-oferta lanzamiento???

Sí, todos somos muy borregos, por más que nos echemos unas risas leyendo esto.

Besotes

Ripley dijo...

supongo que serían las superofertas de apertura porque ir de comparas está bien a veces,pero¡al super|

Anónimo dijo...

¿Lo regalaban?!!!

Sra. Castafiore dijo...

Que claustrofobia. Estamos fatal de la olla. Me ha recordado a un episodio de "matrimonio con hijos" que se quedaban sin aire acondicionado en medio de una ola de calor y se iban a vivir al supermercado del barrio.

candela dijo...

Buff, ¡qué estrés!

Padre Angel Kakustarra dijo...

Pues si:Beeee, beeee, beeee...