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viernes, 21 de octubre de 2016

La serie B de la historia: El teléfono y el robo de la patente

El otro día alguien colgó en el Facebook uno de esos desafíos tipo "¿Eres capaz de pasar un test escolar?". El test debía estar diseñado en inglés y mal traducido al castellano. De hecho algunas respuestas estaban directamente en inglés, como el país de nacimiento de Einstein, ya que la respuesta en vez de la lógica "Alemania" era "Germany".

Estos ridículos tests, además, están cargados con la imposición cultural occidental cuando no directamente anglosajona. Quizá exceptuando las matemáticas, y digo, quizá, el resto de las disciplinas académicas, sobre todo en lo que últimamente viene llamándose "humanidades", son algo totalmente regional a nivel planetario.

Aquí viene el tema: Pregunta de ciencia "¿Quién fue el inventor del teléfono?", salen unos nombres en los que no me fijé porque fui directamente a Graham-Bell, ya que, como era de esperar, no figuraba Meucci. La respuesta, claro, "estaba bien". ¿Bien? ¡Cómo coño va a estar bien!

Teléfono rojo, volamos hacia la casa de patentes

¿Que quién fue Antonio Meucci? Un ingeniero florentino emigrado a Nueva York que hacia 1860 ideó un prototipo de teléfono para conectar su taller con la habitación donde su mujer, aquejada de dolores reumáticos, solía estar postrada para poder estar comunicados en todo momento. En 1871 decidió crear la patente de su invento pero en la oficina de patentes le cobraban una pasta por registrar aquel cacharro, así que tuvo que conformarse con pagar una solicitud provisional de patente, que costaba mucho menos, pero que sólo tenía vigencia anual revisable.

Antonio Meucci, el verdadero inventor

Mientras, Meucci, que seguía con sus ensayos, tuvo un accidente en su laboratorio y sufrió quemaduras severas por una explosión. La esposa de Meucci, para ir tirando mientras este convalecía, empeñó algunos de sus trabajos, y cuando este se reestableció y fue a desempeñar estos, se encontró que la casa de empeños había vendido todo a un cliente.

Volviendo dos años atrás, una vez sacado el papel provisional de la casa de patentes, Meucci fue a la todopoderosa Western Union, que dominaba el servicio de telegrafía por todo EEUU para presentar su máquina pre-patentada. Después de reestablecido del accidente,  cuando Meucci fue a reclamar su invento, resulta que este se había perdido.

Por aquellos días, el logopeda escocés Graham-Bell, en 1876, patentaba algo muy similar a lo que Meucci había creado. El italiano reclamó pero Graham- Bell tenía pasta y poder suficiente para sobornar a los de la oficina de patentes,  a la Wester-Union, al abogado de Meucci y a los tribunales.

Graham-Bell, se apuntó el tanto e imposibilitó todo lo que pudo a Meucci en sus reclamaciones

Graham-Bell había conseguido con el invento de Meucci formar una empresa, la Bell (Campana), que es una potente telefónica norteamericana, que iba metiendo el teléfono por todas partes. Se hacía inmensamente rico mientras el pobre Meucci se amargaba en la miseria sabiendo que todos lo sabían con la verdad, pero sin el poder de ganar por falta de recursos.

Graham-Bell, en su desarrollo empresarial, se llevó por delante la patente, y su poder hizo que "se perdiera" el prototipo que Meucci tenía en la Wester-Union; no dudó en prevaricar con la Western-Union para llevarse un porcentaje de los jugosos beneficios del invento. Los tribunales lo sabían, pero la Bell era poderosa y luchar contra ella era algo prácticamente imposible.

La empresa de Graha-Bell lo hizo rico

Y Meucci murió, Graham-Bell se hizo inmensamente rico con el invento de otro y todavía luce mintiendo en todas partes como "inventor del teléfono", aunque realmente fue un ladrón de la patente de otro creador que tuvo menos suerte.

Desde 2002, 130 años después de todo, se considera al italiano Antonio Meucci inventor del teléfono. Ahora ¿goza? de una merecida gloria, que muchos aún desconocen, incluso los que crean tests chorras para facebook, aunque no le sirve de nada porque quien vivió y muy bien a costa de su invento fue el logopeda escocés para sordomudos y pirata de patentes Alexander Graham-Bell.

2 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

¿Que no han robado los hijos de la gran bretaña?.

Saludos

Piedra dijo...

Pues si revisásemos los "inventos" de Edison, esto fue solo cosas de aficionados, empezando por la bombilla y siguiendo por cualquier otra patente de la empresa de Edison.

Un saludamiento nocturno.