Sábado, sabadete...Ja!

Un par de veces al año se hace limpieza a fondo en esta santa minicasa. Hoy hemos empezado para que en Semana Santa nos vayamos y esté todo impecable. Así que esta mañana, ataviadas con ropa cómoda, pero vieja, bayetas, trapos, estropajos, cubos, agua, lejía y amoníaco nos hemos hecho la parte más dura. La cocina, palmo a palmo y armario a armario (paréntesis para chistes varios sobre lo último). Parece mentira con la minicocina que tenemos, la de recovecos que hay. Así, medio intoxicadas por los vapores del amoníaco, aprovechando para tirar las cosas caducadas, restregando el horno, detrás del frigo, etc, etc. Estando ya medio muertas, y casi a las tres de la tarde, hemos empezado con el cuarto de baño, donde he aprovechado para tirar cajas y cajas de medicamentos caducados. Yo lo tiraría todo, pero mi mitad no me deja (Ayyy la "drogaína"). Casi a las cinco, duchadas y limpitas hemos decidido que ya que la cocina estaba inmaculada ni locas la íbamos a manchar para cocinar sobre los quemadores brillantes como espejos. Nos íbamos a endiñarnos unos bocadillos al Viena (famoso local donde se venden bocadillos de todo tipo). Pero la cocina limpia dura poquito, porque mi merluza en salsa verde está haciendo chup, chup a la espera de hincarle el diente.

Estoy destrozada. Me duelen hasta las pestañas. Emipezo a estar mayor, lo noto en que ponerme en cuclillas, de rodillas, subir y bajar con la escalera, etc, etc, me empieza a doler. Creo que aún me dura el colocón de los vapores de los productos de limpieza. ¿Sabado sabadete? Ja! Ya vale de polvos por hoy. Esta noche a la cama trannn-qui-li-ta!