Lo que jamás me imaginé es que la tele se superara a sí misma y en un doble salto mortal con tirabuzón fuera capaz de hacernos vivir dentro de una serie de época. Qué sí, chavales, que estamos siendo fagocitados por la familia Alcántara en esa España rancia del tardofranquismo y podemos observar, sin necesidad de pantalla alguna, ni siquiera la de los móviles, cómo vuelve la caspa de siempre a poblar ayuntamientos, plenos e incluso hemiciclos del poder legislativo y hay quien planta una santa custodia para jurar el cargo y sólo le ha faltado lucir peineta y mantilla al señor concejal.
...Y juro sobre los principios fundamentales del Movimiento...
Que vamos a volver a tener que correr delante de los peligrosos grises de azul o de negro y todo lo que digas o hagas será delito, que tú, mujer, no serás dueña de tu cuerpo porque hay quien decidirá que tienes que parir quieras o no, y no seas quejica porque te acosan por la calle, te magrean un poco y se atreven a perseguirte, no seas estrecha, mujer, te dirán con el farias entre los dientes, el aroma a varón dandy agriado con sudor, el paternalismo en los labios y los ojos en tu escote.
Y si no puedes pagarte los estudios, porque es cuestión de clase económica, obrerete del arroyo, te buscas un curro en el telepizza, o mejor, en el Uber eats, porque Uber también reparte a domicilio, sobre todo precariedad.
Bienvenidos al tardofranquismo, ¡Me cagüen la leche, Merche! Ya puedes vivir la experiencia de vivir con los Alcántara en el cuéntame para que tú mismo lo cuentes de primera mano, la de fascismo que te vas a tener que tragar, que ustedes no saben con quién está hablando, rojos de mierda.
To be continued.
3 comentarios:
Mieduuuuuu!
En algo estamos fallando.
Saludos
Al parecer estos iluminados españolistas, no solo se creen los dueños de los cuerpos de las mujeres, además son los que reparten los carnéts de ciudadanía.
En su delirio retiran el busto de Abderramán III, porque en su opinión, no se adapta a sus cánones de lo que debe ser un auténtico español. Todo ello a pesar que el cordobés Abderramán, (de sangre vascona por parte de abuela y madre) era de tez pálida, ojos azules y rubio tirando a pelirrojo, a decir de los historiadores.
Tampoco les vale que para encontrar un ascente de Abderramán, nacido fuera de lo que ellos llaman España, se tenga que remontar a 5 generaciones atrás.
Ni los nazis de las leyes de Nüremberg, eran tan exigentes.
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