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lunes, 10 de junio de 2019

Pasajes de la Biblia; Hoy, Simón Macabeo

De los curas trabucaires del Antiguo Testamento, que los hay, y muchos, aunque ellos no los llamen curas sino levís, siguiendo la tradición de su padre y hermanos, aparece Simón Macabeo.

Este era hermano de Judas y Jonatán y muertos estos se ve en la tesitura de seguir luchando por la hegemonía de su pueblo frente al invasor. El general Trifón asedia la zona y Simón, el leví trabucaire, le planta cara. El imperio seleúcida tiene sus propias guerras intestinas, así, Simón aprovecha para pedir al rey Demetrio, que está enfrentado a Trifón, que le exima de pagar tributos (El IRPF de la época) para poder hacer frente a este enemigo de ambos.

Simón Macabeo, caudillo de Judea por la gracia de Dior.

Pero no os vayáis a creer que aquél hombre religioso era un hombre de paz, porque él también llevaba un ejército consigo para asediar y tomar ciudades, como Gazer. Estaba hecho todo un caudillo y jefe religioso de su tierra, respaldado por el rey seleúcida y el incipiente estado romano, que ya empezaba a tener su poder aún sin ser imperio. A todo esto el rey Demetrio acaba su vida y es su hijo, Antíoco el que sube al trono renovando su alianza con Simón para acabar con Trifón, al que persiguen con poderosos ejércitos.

Total que Antíoco descubre que Simón, exento de pagar el tributo, parece sumamente rico y cabreado por una mezcla de codicia y sentimiento de estafa por parte de Simón, decide revocar sus privilegios y reclamarle esa tierra que pertenece a su reino. Y en esas están cuando la biblia da un giro un tanto chapucero.

Moneda de Antíoco VII Evergetes, el rey cabreado con Simón que prosperó a sus expensas.


Antes que nada, nos presentan a Juan, hijo de Simón, comandante de la plaza de Gazer, que allí está mandando por ser hijo de papá. Luego nos presentan a Tolomeo, nombre de reminiscencias egipcias y urológicas, yerno del caudillo macabeo, quien decide traicionar a Simón y sus huestes conchabándose con Antíoco. Lo invita a un banquete regado con abundante alcohol, nada sospechoso porque son familia política, y aprovecha el estado de embriaguez de los macabeos para cepillárselos. Así acaba Simón Macabeo. Su hijo Juan, en cambio, recibe el alarmante chivatazo de que también se lo quieren cargar y pone medidas para que eso no ocurra, dando muerte a sus sicarios.

El resto, en otro ratito.

1 comentario:

dintel dijo...

Vaya, no esperaba nutrirme con un relato así. Bienvenido sea. Gracias.