Tengo un bló

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sábado, 19 de enero de 2019

Víspera de San Sebastián

Mañana, qué digo mañana, en apenas un par de horas es el gran día de los donostiarras.  A estas horas estarán celebrándolo en cenas copiosas y animadas, pues hay que aguantar muchas horas tocando el tambor o el barril, aunque atrás quedaron las épocas aquellas que se cenaba un plato de temporada barato que a veces regalaban en las pescaderías al comprar otras piezas: Las angulas. Ahora están a un precio prohibitivo y, sobre todo, obsceno.  Como decía, los donostiarras festejan su patrón, San Sebastián. La ciudad vive veinticuatro horas de celebración plena. Lejos queda el verano con esa aste nagusia artificial creada para entretener a los visitantes de la meseta de hace siglo y medio. El día del santo patrón se festeja percutiendo las melodías de Sarriegi vestidos de comparsa adelantada del carnaval.

El día (Y la noche) más grande.
Poca gente lo sabe pero la tamborrada donostiarra original tiene su origen en el alegre carnaval donostiarra. Al contrario que los tímidos y serios guipuzcoanos, los habitantes de su capital, quién sabe si debido al pasado gascón de muchos de sus ciudadanos pasaban por ser alegres y jaraneros. Es por esto que los guipuzcoanos llaman a los donostiarras “kaxkarinak” (algo así como chirigoteros).
La bandera izada en el antiguo ayuntamiento, hoy, la vieja biblioteca municipal.
Y es que Hirutxulo, un viejo apodo de la ciudad donostiarra, ardía en festividades desde el 21 de diciembre, Santo Tomás, pasando por las navidades, llegando a San Sebastián dos semanas después de reyes, para seguir con la comparsa de los caldereros el día de la Candelaria, dos de febrero,  hasta el martes de carnaval. Más de dos meses de jolgorios prácticamente cada semana.
Y a pesar de las diferentes teorías que pululan por ahí, la de la tamborrada es una exitosa comparsa adelantada del carnaval donde soldados napoleónicos y panaderos salían tocando las melodías que compuso Sarriegi en la segunda mitad del siglo XIX acompañándolas al compás del tambor y del barril.
La sociedad gastronómica Gaztelubide, encargada de la izada (Mañana, quienes cierran las fiestas, la Unión Artesana)
Esta es la más querida por los donostiarras y la más celebrada, pero no la única. El primer fin de semana de febrero, porque el día de la candelaria ya no es festivo, saldrá la comparsa carnavalesca de caldereros, tan participada y repetida por varios rincones de la provincia. En el olvido quedaron las comparsas de percebes, de gallos montados por soldados romanos, de jardineros, de pastores armenios…
Sea como fuere, y significara lo que significó, hoy día la tamborrada donostiarra es la fiesta más querida y participativa de su ciudadanía. El día más esperado  y disfrutado por los donostiarras. 

Celebradlo los que podáis, donostiarras. Festara! 

1 comentario:

emejota dijo...

Un verdadero placer. Gracias por recordarmelo!