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lunes, 26 de noviembre de 2018

Curia y sexo.

El talante de la iglesia católica española, al menos de la que está en la cúspide de la conferencia "espiscopalizas", sigue siendo supremacista, sexista, patriarcal y, por supuesto, va en contra de las directrices de la democracia que tanto nos quieren vender a la ciudadanía. Y luego me preguntarán por qué desconfío de la curia católica.

El secretario general de la CEE va y se desmarca el otro día afirmando sin sonrojo que el sacerdocio es cosa de varones heterosexuales. A vosotros no sé, a mí me entró un ataque de risa que me costó dominar. Hay que ser cínico para decir eso. Y hay que ser cínico por doble motivo, además.

Tener pareja seglar heterosexual está prohibido ¿Eh?


Hay que ser un cínico, o un despistado bendito de Dios, para decir que los sacerdotes deben ser heterosexuales. No ya sólo porque da igual su inclinación sexual debido a que deben respetar siempre el voto de castidad y reprimirse aunque su cuerpo les traicione. Se supone que su raciocinio tiene que dominarles. ¿En qué cabeza cabe? No deben mostrar inclinación sexual alguna, ya que estamos. O sea que da igual si les van las mujeres, los hombres u ambos. De fornicio, nada, que para eso lo decidieron en la alta edad media, contra natura. Decidieron que vestir ropa talar implicaba celibato, cosa que con anterioridad no se daba y la gente de iglesia podía ennoviarse para casarse alegremente. Ellos lo mandaron, que lo cambien si se lo pide el cuerpo, como hacen otros religiosos casaderos de otras confesiones.

Pero ya que estamos con la curia católica, que siempre ha sido tan dada a la hipocresía, hay que tener la faz de cemento armado para decir que el sacerdocio debe ser ejercitado por varones (En esto, siguen nadando contra corriente como buenos supremacistas misóginos que son) heterosexuales. Mira, Argüello, eso no te lo crees ni fumao de incienso. La mayoría de hombres y mujeres que en épocas pasadas sentían que el matrimonio no era cosa para ellos porque no se sentían atraid@s por gente del sexo contrario, para disimular "se casaban con Dios". No me sé las estadísticas pero ni falta que hace, si ha habido un refugio de homosexuales en este país durante siglos ese ha sido el seno de la iglesia católica, porque en este país esta religión era prácticamente exclusiva.

Que venga este sacerdote secretario contando esta bobada con la que está cayendo en el seno de la iglesia desde hace décadas en la que religiosos aprovechaban la indefensión de tiernos infantes, sobre todo varones, porque no tenían la valentía de asumir lo que les gustaba, no sé si es cosa del cinismo, la ignorancia o la hipocresía tan bien instalada en el seno de la iglesia.

Por supuesto, los jueces "episcopalizas", que juzgan pero a los que les jode ser juzgados, se refieren a los transexuales que quisieran tomar los hábitos. Y es que la iglesia de mentalidad medieval que pretende sentenciar en la sociedad moderna por gónadas, qué si no, sigue siendo misógina. Y no hay nada más misógino que una panda de maricones vestidos de sotana. A ver si eso de la heterosexualidad religiosa no va a ser cierta al final.

3 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Es lo que hay Juli, la Iglesia es como los Gallegos (1), unas veces es pecado que la curia folle y otras es que esos niños/as está dominados por el diablo y tientan a esos pobres e inocentes curas, es por ello que la iglesia es milenaria sirve para todos, para unos es pecado para otro no.


(1) perdón a los gallegos si se sienten ofendidos, pero siempre se han dicho que nunca se sabe si suben o bajan 😜😜😜

emejota dijo...

Confirmo tus letras, lo que me molesta es no solo la hipocresía sino sus complejos (observa la abundancia de poco agraciados y chungos diversos sentidos) así como su necia complacencia misógina ... Claro que más bobos aún resultan los meapilas y como abundan tanto el “negocio” prosperaba.

Esti dijo...

Es todo muy absurdo, pero tampoco me extraña. En pleno siglo XXI, cuando hoy han mandado un cacharro a Marte, ellos se siguen agarrando a la fe en una fuerza sobrenatural que creó al hombre a su imagen y semejanza. Pues vale, pues muy bien.