En la quietud de la noche, dentro de la cama, un largo quejido rompe el silencio. Son mis entrañas que últimamente hablan mucho. Mis tripas son bastante más habladoras que yo, lo cual ya es mucho decir, porque es difícil superarme.
Las entrañas sibaritas creen que esto es poco.
No sé qué les pasa a mis "adentros" quejumbrosos, pero se manifiestan más que de costumbre. Quizá tiene que ver con que intentamos hacer dietas ligeras y mis tripas protestan por la cena. Ellas, no yo. Parecen decir algo así como. "¿Sólo verduras al vapor?", vaya cena sosa". Menos mal que no entiendo su "grrllllggg", "glogloglo"...Mis tripas rugen con una alegría inusitada.
Nick Cravat, el secundario acróbata y mudo
-
El otro día me acordé de este actor secundario tan expresivo. Solía
aparecer en las pelis donde su gran amigo, Burt Lancaster, hacía de galán
atlético c...
Hace 6 días
2 comentarios:
Menuda mierda de plato por rico que sea, a mi me pasa lo mismo que a ti, cuando tomo platos similares, la barriga no solo suena, ruge, es lo que ocurre cuando uno se pone a hacer dietas, unas dietas que ya a mis años me pesan mucho.
Un día descubrí que esos dichosos ruidos se llaman borborigmos. ES un buen nombre para tanto ruido.
Publicar un comentario