Primer fin de semana de febrero, justo antes de los carnavales. Eso significa que esta noche llegan los caldereros de la Hungría a acampar a San Sebastián y a cantar que son los embajadores del dios Momo, el dios del carnaval. El pueblo donostiarra de hace siglo y medio se dedicaba a preparar el carnaval desde la festividad del patrón de la ciudad, el 20 de enero.
Canto húngaro, pero que yo juraría que es en alemán y dice algo así como que es mejor trabajar cantando:
Hasta saludan al gran pueblo Donostiarra, como dicen en su canción:
Desde entonces y hasta los días de carnaval hay comparsas de militares y cocineros tocando el tambor, zíngaros golpeando sartenes con un martillo, soldados romanos sobre gallos, percebes, y, mañana, primer domingo de febrero, habrá representación de nodrizas y pastores (Iñude ta artzaiak) bailando por las calles mientras el cura reparte bendiciones, el médico pone inyecciones a las criaturas, el fotógrafo lleva su cámara a cuestas y el barquillero reparte su mercancía. Hasta la caseta de baño de los veraneantes de la meseta. Todo muy "belle epoque".
Está gracioso de ver, pero sobre todo de escuchar, y si se puede, de participar.
Me parece que este año tampoco les respetarla climatología. Una pena.
Disfrutadlo, los que podáis.
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Hace 2 días
2 comentarios:
A ver si amaina un poco.
Dintel: Pero si acaba de empezar. ¡Cómo me recuerda a mi tierra! (Me cagontó)
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