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martes, 9 de enero de 2018

Pasajes de la Biblia, hoy: Jonatán el macabeo.

Seguimos con el rollo macabeo, que eran unos hermanos que llamaban a la guerra santa contra el invasor. ¿Judíos haciendo la intifada? Pues, sí. Todos a la zaga de estos caudillos, que lo eran.

Una vez muerto en batalla Judas, es su hermano Jonatán y no "el Yónatan" el que toma las riendas de los insurrectos contra el monarca invasor, Demetrio. La biblia dice que hay muchos "apóstatas", o sea, judíos que dejan esta religión para sobrevivir, añadiendo, además, que como es época de hambrunas, la gente hace lo que sea para subsistir, y si se trata de adoptar la religión del invasor, Jerusalén bien vale una misa, o lo que se oficie en sus templos.

Y Demetrio enviaba a su general Báquides para que "neutralizara" a Jonatán y los suyos, que, entre otras, destrozaron una boda. No dejaron ni al fotógrafo. Guerrearon Báquides y Jonatán una temporada hasta que, tras una derrota sonada, Báquides, vencido, firmó una paz con Jonatán y los suyos y se largó a su casa para siempre.

Una batalla de Asia menor

A Demetrio se le alzó en su contra el hijo de su primo, Antíoco Epífanes, al que se conoció como Alejandro. Alejandro toma una ciudad, Tolemaida, y es coronado rey. Demetrio, que ve las orejas al lobo, manda una carta de colegueo a Jonatán para aliarse con él. Alejandro, que se entera del rollo, no es menos y le manda otra misiva al macabeo dándole más jabón que la fábrica de Dixán. Jonatán, encantado de que le salga tanta novia, vuelve a recibir lisonjas de Demetrio, que le promete el oro, el moro, condonar deudas, respetar la religión, que le paga un piso, le regala un Ferrari y un viaje por el Caribe, poco más o menos, pero, como conoce demasiado a Demetrio, no se fía de él y se rinde a las lisonjas de Alejandro, apoyándolo en su guerra de primos, de la que sale vencedor.

Y Alejandro hace lo que todos los monarcas, hacerse amiguete de los reyes vecinos, y de paso pedirle la mano...y el resto del cuerpo de su hija, para volverse familia. Alejandro pide la mano de Cleopatra, no la que estáis pensando, sino una antepasada de esta, a su padre, el rey Tolomeo de Egipto, que tiene nombre de surtidor de urea.

Pero Tolomeo es un suegro ambicioso y, como pretende el reino de su nuevo yerno, se confabula con Demetrio, el hijo del homónimo, que vive en el exilio de Creta, para atacar a Alejandro y quedarse con sus posesiones, y, de paso, dar a su hija, así, sin divorcio ni nada, que para eso son reyes, al nuevo Demetrio.

Mientras tanto, Jonatán, que guarda fidelidad a Alejandro, guerrea contra Apolonio, gobernador de una zona de Siria, que es pro-Demetrio. Jonatán vence su batalla. Tolomeo, por su parte, vence a Alejandro, que es decapitado, pero el rey egipcio no puede festejar su victoria demasiado ya que perece tres días después siendo asesinado él y los suyos por paisanos de la ciudad que ocupa, que son aliados de Demetrio, que acaba sentando el culo en el trono del lugar.

Demetrio llega a una paz con los judíos y es tan confiado que disuelve sus ejércitos, ya que nadie le pone trabas a su dominio y, oye, que los soldaditos le salen por una pasta. Hale, así que licenciados y cada uno a su casita. Tal falta de visión es incomprensible. Los enemigos de Demetrio, entre ellos Trifón, antiguo leal a Alejandro, se arman contra un rey sin ejército. Demetrio, entonces, pide ayuda a Jonatán para que le mande sus judíos armados, que consiguen dominar la situación.

Pero Demetrio, según estos escritos, no cumple su palabra y, entonces Jonatán se alía con Trifón, que es preceptor del hijo de Alejandro, llamado Antíoco, al que se entroniza. 

Como vamos viendo, Jonatán es un mero señor de la guerra de su tiempo que se mueve según el viento y la marea. Decide enviar a esa incipiente y poderosa Roma una embajada y otra al reino de Esparta (auh, auh, auh!) para asegurarse paz y ayuda, si es necesaria. Y así sigue todo, guerreando no sólo contra Demetrio, sino contra Trifón.

Toma de una ciudad-fortaleza

Dice la biblia que Trifón, el general de Alejandro, que había entronizado al hijo de este, Antíoco, va y se lo piensa mejor y se quiere convertir en rey, a estas alturas del rollazo, lo cual no se explica, ya que si ambicionaba la corona ¿Para qué apéndices corporales varios nombró rey a Antíoco? Lo cierto es que Trifón, viendo que Jonatán poseía unas huestes más que feroces, lo invita a quedarse en su fortaleza, así, en plan colega.

Y va el gilipollas de Jonatán y se lo traga. El caudillo macabeo, que ha luchado en mil batallas, es tan simple que manda a sus soldaditos de vuelta a casa y se queda con Trifón para que este se lo cepille a los cinco minutos. Una vez muerto de una manera tan tonta Jonatán el macabeo, los soldaditos de Trifón suman dos y dos y deciden atacar las tierras de Judea porque ya no tienen quien les acaudille...O eso creen.

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