Me he comido un marrón
inmerecidamente por culpa de esa preciosa idea, en la teoría, de hacer
ejercicios por parejas en tu clase on line con gente que no conoces. Por
simplificarlo mucho, resulta que mi compañera va y hace un copia-pega de otra
página y me he comido, junto a ella, una bronca que no pasa a mayores, pero por
la que estamos avisadas y podríamos tener una sanción. Me estoy comiendo la
mierda de otra y encima mi nombre queda manchado, porque la tutora ha enviado
un correo generalizado afeándonos, por igual, a las dos. Lo he encajado con
deportividad pero lo considero injusto.
Y como se trata de un
curso serio para tipificar mi nivel de inglés, y es que puntúa el poseer un
título lingüístico para conseguir reconocimientos curriculares, por mucho que
la tutora nos venga con el cuento del plagio (Hay que ser un poco lerda,
querida compañera de curso, para copiar de la Wikipedia ) me entran
unas ganas insanas de contarle a nuestra querida tutora que, ya de paso que se
trata de inglés, de las verdades que sobre Shakespeare no se suelen citar, porque no se puede hacer tambalear su reputación.
El orgulloso mundo
angloparlante dice que William Shakespeare es el mejor escritor del planeta.
Sobre esto no tengo nada que decir, porque aparte de no ser una experta, me
importa un carajo si lo fue. Sin embargo se pasan la vida hablando de sus
maravillosas obras, sobre todo de teatro, y lo presentan como un genio de la
originalidad, sin embargo Shakespeare plagió como un campeón obras de otros
autores.
En el caso de Romeo y
Julieta, que ha dado paso a óperas, versiones inspiradas, películas y hasta
cigarros habanos, ahora se llega a reconocer que Shakespeare pudo copiar de un
cuento de Mateo Bandello llamado “los amantes de Verona”, sin embargo era un
tema recurrente, al igual que el caso de don Juan, que se ha repetido tantas
veces por tantos autores.
Los de Guillermito.
En el caso de Romeo y
Julieta, de Verona, las de Bandello y Shakespeare son sendas obras del
XVI, la del italiano de mediados de
siglo y la del inglés de 1597. Bandello fue popular, ya que de su historia de
los amantes de Verona un tal Lope de Vega escribió Castelvines y Monteses, claro que como son escritores en marginales
lenguas latinas, no importan para la literatura universal, creo.
Pero nadie reconocerá,
por lo visto, que hubo un escritor que 100 años antes, acabando el siglo XV,
concretamente en 1499 escribió dos versiones de una novela llamada la tragicomedia de Calixto y Melibea,
más conocida como la Celestina. Una
historia cumbre de la novela castellana que tiene miles de teorías en las que
dos mozalbetes tienen una curiosa historia de amor con un final trágico (Venga
ya, eso no es un spoiler a estas alturas)
Pero como Fernando de
Rojas no escribía en inglés, aunque se sabe que su novela se tradujo a dicha
lengua y se dio a conocer por la pérfida Albión, no cuenta ni como original (No
creo que lo fuera, pues el personaje de la Trotaconventos ya existía con
anterioridad), ni como genialidad de la literatura universal porque eso de
pertenecer a una lengua y país marginal lo convierte en menudencia.
Pues eso, que hasta
Shakespeare, personaje insoportable gracias al coñazo publicitario dominante anglosajón,
copió a gusto aunque nos intenten meter a la fuerza su gran imaginación. Y es
que ya se lo dijeron a Coppola, si vas a copiar, hazlo bien, copia de los
mejores. Y ya, de paso, di que es un “homenaje”.
5 comentarios:
Sí señor, reivindiquemos La Celestina, una obra cumbre mundial.
ea ea eaaaaa.... seguro que tu nombre no se ve afectado.
Eso. Copia de quien lo merece, pero de la Wiquipedia...y manchar el nombre...
Durante el curso tiempo habrá para que la profe vea el trabajo de cada una, eso si el cabreo no te lo quitan ya. Ánimo!!!!
El mundo está lleno de copiones y aquellos que no lo hacen y son originales se les llama locos.
Saludos
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