Pero lo que me sorprende es como lo enfoca "telecirco". Según su miniserie y el enfoque del espacio conducido de la mano de Jordi González, el problema de los "niños robados" es cosa de tres personas y sólo ocurrió en los 70 y 80. A ver si con eso la gente se conforma y "olvida" que se empezó a robar niños desde el año 1941, cuando los jerarcas del "movimiento nacional", comandados por las ideas de su psiquiatra azul de cabecera, dr. Vallejo Nágera, las presas rojas no estaban capacitadas para cuidar de sus hijos.
No es cosa de un médico desaprensivo, una monja sin caridad cristiana y una hipócrita burguesa solamente. Parece ser que para los que nos dan de pastar en la tele, los cientos de miles de casos sólo los hicieron estos tres personajes. ¡Qué va! Empezó mucho antes que ellos se metieran en este delito lucrativo y era algo mayor, pero si centramos todo en esos tres, "olvidaremos" el resto.
Por desgracia esto de robar niños a según quienes por idea "caritativa" de alguien que se cree superior en su moralidad se ha hecho en otras partes, como en las dictaduras latinoamericanas de los 70 o en el incipiente Israel de los años 40.
Ese país artificial que roba tierras a sus vecinos con la excusa de una masacre que padecieron, invitó, a sus numerosas etnias que la componen, a residir en su nuevo país. Judíos de muchas procedencias acudieron a la llamada. Israel no se libra del racismo. Los askenazíes (Judíos del norde de Europa) son el grupo principal e importante del país. A los pobres mizrahíes (Judíos originarios de Oriente Medio) los trataban con menosprecio y eran conducidos a campos de refugiados. Pues bien, a estos mizrahíes les robaron miles de niños, de la misma manera que en España, diciéndoles: "Tu niño está malo, tiene que ingresar en la enfermería" y luego "Tu niño se ha muerto". Y luego esos niños morenitos pasaban a ser los hijos de pudientes familias askenazíes en Israel o en los EEUU.
Por desgracia este tipo de moralidad que cree que algunos no deben tener hijos, y, de paso hacer una pasta a costa del sufrimiento de quien pierde un hijo que cree muerto, no es cosa sólo de tres hipócritas. Peor es, todavía, que esa gente muera sin que les torture el arrepentimiento.
3 comentarios:
¿Ése Vallejo Nájera del que hablas es el mismo al que Madrid ha dedicado una calle? Está entre los metros de Acacias y Pirámides...
Me voy corriendo a leer tu post sobre el doctor en cuestión.
Laesti: Seguramente sea el mismo. El psiquiatra que estudió en Alemania en plena efervescencia nazi y se impregnó de sus ideas de pureza racial. El que hizo sesudos estudios científicos amañando hasta las premisas para colegir que las rojas eran imbéciles y que no podían criar hijos. Posiblemente la calle sea en honor de este egregio personaje, abuelo de el exmarido de Paulina Rubio.
A pesar del poco rigor que se le puede suponer a la serie me hubiera gustado verla, ver a Blanca Portillo haciendo de malísima vale la pena pero terminaba dos días seguidos a las 2.30.
Sea por ideales (de dementes) o por dinero son delitos que no deben quedar sin castigo y en cambio van i le ponen una calle, alucinante!!!
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