Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

viernes, 4 de octubre de 2013

Bandits, 1997. Música y barrotes.

Hola, a todos. Hoy va un post peliculero que podéis leer igualmente en el zinéfilas. Bandits, una peli alemana del 97. No confundir con la americana del mismo nombre de cinco años más tarde.

Cartel para el público anglosajón.

En una prisión femenina de Alemania unas reclusas que han montado un grupo musical, con el beneplácito del alcaide y la junta de reinserción de presos, buscan a alguien que sepa usar las baquetas de la batería. El cásting es desesperante. Finalmente aparece alguien aceptable. Al ritmo de “all along the wachtower”, de Bob Dylan, comienza el film de Katja von Garnier, una joven directora que decide imprimir a esta historia alguna imagen de videoclip.

El rock de la cárcel

Al penal acaba de llegar Emma Moor (Katja Riemann. Vista, también, en la calle de las flores,el dramón sobre los que no cumplían la ley racial y se casaban con no arios bajo el III Reich ), le acaban de meter una condena de muchos años por haber asesinado a su pareja, que la maltrataba, harta de tanto soportar sus golpes. No vale la rebaja de años por defensa propia. A esta música de jazz le cae una condena severa.

A Emma no le vale alegar defensa propia

Mientras tanto, en la capilla, las reclusas rockeras siguen ensayando. La más veterana, Marie Irrgang (Jutta Hoffmann) es una reclusa con una patología psíquica que la lleva a intentar suicidarse repetidamente. Lleva una larga condena por envenenar a su marido. Toca el órgano con las muñecas vendadas. Angelika “Angel” Kleinschmidt (Nicolette Krebitz, vista, también en el túnel, la peli que contaba como unos össies, alemanes orientales, construían una galería bajo el muro de Berlín) es una pequeña estafadora, encerrada por matrimonio fraudulento, que se pelea con el bajo. Como líder indiscutible del conjunto musical figura Ludmila Nabiba, “Luna” (Jasmin Tabatabai, vista, también, en el agobiante relato fremde haut, sobre una chica iraní que entra de emigrante ilegal a Alemania haciéndose pasar por un compañero del centro de retención del aeropuerto) una violenta atracadora que desfoga su rabia mal digerida rasgando las seis cuerdas de una guitarra.

Ambiente taleguero

Sea como fuere, la torturada Emma, un buen día, descubre la batería y empieza a darle caña. Ya tienen batería, aunque a Luna, que huele la rivalidad, no le hace demasiada gracia que otra gata rebelde haga peligrar su liderazgo. Luna ve en la música la única salida de su vida. Hasta manda maquetas a las discográficas.

¡Su primer concierto fuera del recinto!

La junta de reinserción de presos decide que esta banda de rock actúe en el baile anual de la policía. Desde que se inscriben, para oler un rato la calle, aunque sea rodeada de bofias, deciden darse el nombre de bandits, que suena a banda y bandidas. Yendo camino del concierto, el típico madero facha, machista y prepotente, al que sólo le falta hacerse hincha del atlético de Madrid, ya me entendéis, decide reírse de ellas. Luna, aprovecha el momento de bajarse del furgón para darle la paliza de su vida al madero. Emma ve la oportunidad de escapar. Agarran la furgona y se largan del baile de la policía convirtiéndose en fugitivas de la ley.

Cuidada guarrería la de la foto

Se sienten frustradas de que, por ser mujeres nadie las considere peligrosas. Bueno, Emma, no. Lo que ella quiere es largarse del país pero ya. Marie dice conocer a alguien en el puerto de Hamburgo que las puede embarcar hacia América del sur. Mientras tanto, una noche, en un pub de mala muerte, aprovechando el descanso del grupo que toca, ellas se adueñan del escenario y tocan hasta que aparece la policía y entonces toman de rehén a un yankee guapete, West,  que para en el lugar (Werner Schreyer, el modelo de Hugo Boss)

Secuestrando al modelo de Hugo Boss

Eso hace que un avispado directivo de discográfica, con enormes aspiraciones, sobre todo nasales, decida aprovechar el tirón de las bandits para hacer negocio. De repente se convierten en un fenómeno de masas. Venden discos como rosquillas y allá donde van la gente espera sus conciertos. Hasta la policía se debate entre ir a arrestarlas o  avisar del concierto a sus amigos. Y así las bandits, a veces disfrutan y a veces reniegan de su popularidad, amenazadas por el comisario Schwarz (Hannes Jaenicke) y la inspectora Ludwig (Andrea Sawatzki).  Y hasta aquí puedo leer. De la hora y media de la peli no creo que os haya contado ni la mitad.

Huir y tocar, todo es empezar

A medio camino entre el drama y la película musical, quizá más bien sea una “película con canciones de rock potentes”, esta cinta cercana a la estética videoclip, mezcla realidad y retazos oníricos. Es una peli simpática, desenfadada, con buenas canciones y con bastante gracia.

Puestas en escena muy videocliperas

Habría que añadir, además, que las actrices aprendieron a tocar sus instrumentos y ensayaban como un grupo. Cuando acudieron en el 97 al festival de cine de San Sebastián, las dos actrices que  promocionaban la peli (Riemann y Tabatabai) dieron un concierto acústico muy majo. La peli, proyectada en la seccón Zabaltegi, optaba al premio a nuevos directores (von Garnier) Ya no recuerdo si ganó o no, sólo que la peli me hizo mucha gracia y que acabé comprándome la banda sonora. Llegaron a estrenar la peli en España un año después.

Las bandidas a todo color


Es una historia simpática de unas jóvenes en circunstancias difíciles. No ahonda demasiado en sus historias personales porque se centra en la música y el fenómeno de fans, pero tiene su cierta gracia y se deja ver. Para pasar un rato entretenido no está mal.


La peli entera, en alemán. En castellano está...pero no sé dónde.

3 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

"María, ti estás tola" (es un chiste malísimo )...pero toliña (loquita) tienes que estar si crees que soy capaz de ver hora y media en alemán...

Juli Gan dijo...

Mariajesús: Warum nicht? Jaaaaajaja (¿Por qué no?)

Blau dijo...

Neskaaaaa, buscalaaa en spanish yaaaaaaa!!!!!