Pasajes de la Biblia: El cuento del onanismo

Much@s que lean esto pensarán: La biblia, tú. Menudo coñazo. Msí, bueno. Lo cierto que leerlo por un@ mism@ y sólo por conocer el valor de las historias que se cuentan, y la hipocresía que se vuelca sobre ella, merece la pena. El catolicismo se basaba en que sólo los sacerdotes podían contar la biblia al rebaño (sí, el resto, borregos), pero las ideas de Lutero, Calvino y otros líderes protestantes hizo que cualquiera pudiera leerla. El que la gente interprete bien o mal lo que la biblia dice, ya es otra cuestión. He ahí que haya tanto pirado que extrae ideas abominables de un libro escrito hace miles de años y cuyas sucesivas traducciones bien pudieran haber hecho perder el sentido al original. De vez en cuendo agarro el ejemplar que anda por casa, y que era de una tía monja de mi madre, y leo algún capítulo sorprendiéndome de la cantidad de pecados que los sagrados personajes venerados como santos llegaron a hacer, así que os contaré una de mis historias favoritas sacada del primer libro: El génesis, capítulo 38, sobre cierto hijo de Judá llamado Onán (Algunos seguro que se sonríen al adivinar de qué va)

Al menos podría limpiar los cristales el guarro éste.

Esto es que Judá tomó por esposa a Sué y de ella tuvo varios hijos: El primero se llamaba Er, y el segundo, Onán. Er casó con Tamar, y la biblia dice que como Er a los ojos de Yavé era malo (A saber qué era malo para estos) Yavé, que era un Dios nada misericordioso y sí muy pero que muy vengativo. Vamos, que mejor no encontrártelo en una mala noche de trifulca, mató a Er. La ley judía que tooodo lo tipificaba, obligaba al hermano siguiente al fallecido que se follara a su viuda hasta hacerle un hijo que sería tomado como póstumo del difunto. ¿A que eran bestias los colegas del Antíguo testamento? Como Onán era un tío con muchos escrúpulos se quitaba las ganas "derramando su semilla en tierra". Y aquí los doctos padres de la iglesia están confundidos. Yavé mató a Onán, pero no porque frotarse los genitales sea malo, sino porque con ello no se tiraba a su cuñada. Así que al padre de Onán, Judá, que entre otras cosas, no hizo sino vender con sus otros 10 hermanos a su hermano José a unos negreros, otra joyita, pidió a su nuera que se quedara en casa hasta que el tercer hermano fuera capaz de estrenarse. Pero Tamar urdió un plan para quedarse preñada antes. Aprovechando que su suegro iba al pueblo de al lado, se puso un velo y se hizo pasar por puta. Cojonudo!, Está mal machacársela, pero irse de putas a Yavé no le importa. Así Judá se tiró a su nuera, sin él saberlo, y cuando estaban, tiempo después, a punto de lapidar a Tamar por adúltera, ya que el bombo sonaba, pero bien, esta comunicó que el hijo era de Judá. Recapitulando: Meneársela, malo. Tirarse a la viuda de tu hermano, bueno. Engañar a tu mujer yéndote de putas, aplaudible. Que una viuda a la que nadie reprocha que se quede preñada de su cuñaaaaaoooo, se quede de un "desconocido", lapidable. Conclusión: Qué puta cultura judeocristiana, que siemmmmmpre las mujeres salimos perdiendo. Porque, encima Tamar, terminó ninguneada.