Bueno, pues ya hemos vuelto de Donostia. La semana grande donostiarra me sigue pareciendo una fiesta a medio hacer, quizá porque surgió para divertir a los veraneantes decimonónicos y al gobierno municipal cortijero que lleva décadas acomodado en la poltrona, hace cualquier cosa para abortar toda iniciativa que huela a popular y "antichic".
El Atlántico plateado (¿Qué diantres es el Cantábrico?)
Aquellas cuadrillas de blusas de hace diecisiete años, con aquella bajada de Urgull se quedó en nada porque el ayuntamiento se empleó a fondo sacándose de la manga un cañonazo para cantar el "artillero, dale fuego", que sustituyó desde entonces a la suzko traka. Bastante le joroba al gobierno del cortijo que el abordaje pirata cada año tenga más éxito, eso sí, siempre fuera de programa, porque mancha, y siempre, muy sospechosamente al par de días, aparezcan en las secciones de cartas al director o en el sirimiri del Diario Vasco, protestas por el acto filibustero, porque "mancha" y no tiene glamour.
Pues yo el lunes estuve en lo viejo con mis amigos y he constatado que cada año hay más gente en la calle (turistas, supongo) a pesar de la crisis.
Nota real de un tipo que, a pesar de todo, tiene coche.
La víspera de la virgen, como no, hay otro acto que no está en el programa de fiestas, pero debería por la cantidad de años que lleva repitiéndose: Las cargas policiales, otrora de los nacionales y desde hace lustros ya, de la ertzaintza, sólo que, ante la cantidad ingente de ciudadanos paseando por las zonas del recorrido tradicional del kalejira en cuestión (es menos impensable de lo que parece: Los moros y cristianos salieron así), este año no pasaron de un par de incursiones, con la caza de la cara de un octogenario, y un ratito de provocaciones delante de un conocido establecimiento hostelero de la calle Aldámar, donde una "lechera" en dirección contraria taponaba el tráfico y unos cuantos cascos retornables...a su cuartel, hacían infructuosas poses delante de curiosos con vasos en la mano.
Conocida comparsa tradicional de fiestas
Lo gracioso es que a los únicos que vimos correr por la calle era a un puñado de periodistas, reproducidos por esporas, cuaderno ó cámara en mano para poder mostrar a los consumidores de su producto el mal rollo campal que se vive por las Euskalherrias, lo malo es que esta vez, no tuvieron imágenes que llevarse al hocico. ¿Será que no son tan habituales como desearían?
Aún nadie sabe escribir "Pa amb tomàquet"
Después de más de dieciséis años de manifas de Etxerat por lo viejo y el centro de Donostia, bajo la banda sonora de una reconocible melodía, resulta que esta semana está prohibido. Ay, Patxi, Patxi, que no recuerdas que tu predecesor Teo Uriarte y el difunto traductor de inglés fueron cocineros antes que frailes de la rosa.
Los bebés de la Bulla, de la Unión Artesana, alegrando la tarde.
Donostia fresquita, acogedora, elegante y abarrotada: Ahora te llegará el precioso septiembre con tus euskal jaiak, tu sagardo eguna, tu bandera de La Kontxa, tu zinemaldia y tu feria del libro antíguo. Adoro el septiembre donostiarra.
2 comentarios:
Te agradesco la información,fotos,siempre de pequeña me llamaba la atención los cabezudos,de echo me escapé de lamano de mama y me fuí directo a uno corriendo para mirar por abajo,jajjajcada vez que lo recuerdo y solo ví piernas de palo que me asustaron..besitos y gracias por compartir mi niña
Septiembre en Donostia se debería recetar en los ambulatorios.
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