Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

lunes, 3 de septiembre de 2018

El facherío es la canción del verano

¿Os habéis fijado en la intoxicación mediática? En todas las cadenas generalistas alarman a la población describiéndonos agresiones e intolerancias de unos contra otros, pero no al revés. Este fomento de la alarma social para captar incautos que se preocupen sólo por la ruptura "nasioná", las exhumaciones de sátrapas genocidas o las invasiones de violentos africanos que viajan ligeros de equipaje pero con cal viva en los bolsillos para arrojársela a los pobres guardias que llevan las porras para buscar setas por el bosque, pero no de que le suben el recibo de la luz, que se va al paro porque la creación de empleo sólo es estacional, que los que han robado en la administración se largan sin devolverlo o que quitan los coches diésel porque con estos no se acude tan a menudo a la gasolinera a pagar combustible y sobre todo impuestos con el rollo de que contaminan más que los de gasolina, pero menos que los aviones comerciales que salen cada cinco minutos del aeropuerto o los enormes buques transoceánicos que transportan mercancías de China o turistas en masa. Me vengo arriba y me pierdo.

Pidiendo taxi

Se está poniendo de moda ser facha. Los que lo eran vivían callados esperando que no fuera una vergüenza creerse un ser superior y mostrar toda su miseria ideológica, pero mira tú por donde, cada vez hay más analfabestias con las neuronas justitas para pasar el día que se muestran orgullosos de alzar el brazo, de aunarse como si fueran un rebaño borreguil y gritar consignas a favor de la dictadura, de las jerarquías, del poder de los ricos, clase a la que no pertenecen, de la supremacía varonil y de la verdad de un Dios sólo de la iglesia católica.

No hay más que oír, para la vergüenza más absoluta, a ceporras vocingleras insultando a todo lo que le viene en gana haciendo gala de la más amplia de las ignorancias o a cretinos que no saben ni pronunciar correctamente ese castellano que tanto reclaman en lugares donde hay otras realidades lingüísticas que se enriquecen mutuamente; esos que afirman sin sonrojo que ellos deciden quién debe robarles.

El ridiculizador facha ridiculizado:



El fascismo goza de buena salud, para desgracia de la humanidad, y se está imponiendo a débiles mentales gracias al enconado esfuerzo de los medios de comunicación pagados por esos poderosos a los que les beneficia tanto imbécil que cree en lo natural de las jerarquías emanadas de la última victoria.

Qué asco me empieza a dar parte de Españita. ¡Ojo! no España ni su gente, sino esa Españita que se cree con la exclusividad de serlo, que reclama el fascismo, que muestra abiertamente su odio fratricida, que se alegra de que siga habiendo cunetas llenas de muertos y que desea todo el mal, incluso la muerte a quienes no son como ellos. Esa gente me da algo de miedo, porque sólo tienen la fuerza de la violencia, pero sobre todo me dan ASCO.

2 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Te diré que vivimos en una España rara, algunos hablan de las dos Españas, como "años ha"; si te digo la verdad, no es mi preocupación mayor, me daría igual que hubiera una o 21 Españas si entre ellas existiera el respeto que hoy no hay, la que si me produce cierto miedo es la violencia que se ve en algunos rostros de uno y otro lado y las mentiras que los medios de comunicación de masas nos trasladan, esto si que me produce miedo.

Saludos

ROSA M. dijo...

Es más fácil creer que informarse y pensar, qué pena, además mientras manejen la economía y la información los herederos de los que mandaban con el dictador cualquier pensamiento de democracia es un puro espejismo.