Todo se ha orquestado de tal manera que no puede resolverse de otro modo, porque necesitan que sea terrorismo para seguir manteniendo sus cuarteles en lugares donde ya hay otras policías territoriales.
Y mientras tanto, este fin de semana en Algeciras, Cádiz, un grupo de guardia civiles fue atacado a la salida de un restaurante por una cuarentena de individuos. En un primer momento, se hablaba de una bronca de borrachos en una comunión, ahora, y dada la situación del lugar y el abundante narcotráfico existente en la zona, ya se habla de un ataque por parte de narcotraficantes. La bronca no llegará a ser terrorismo ni será juzgada en la Audiencia Nacional, sino en el juzgado provincial, a pesar de que se cuenta que hubo botellas rotas y bates de béisbol, e incluso uno de los guardias civiles hizo uso de su arma reglamentaria efectuando tres disparos disuasorios al aire.
Pero el terrorismo, como se verá, a pesar de las imágenes existentes como prueba de la defensa de los acusados, será motivo de penas desproporcionadas incluso a acusados que no estaban allí, como indica otra de las pruebas admitidas gracias a la insistencia de la defensa y difusión en medios menos tendentes a la parcialidad.
Porque esto es terrorismo en Altsasu:
Y este guardia civil borracho puede alegar que el señor de la puerta ha ejercido el terrorismo contra él, y por eso, al rebote de su propio empuje, pierde el equilibrio. ¡A la cárcel!. Porque ir borracho y montar gresca en Cádiz no es tan peligroso como ir borracho y montar gresca en Navarra. A partir de cierta latitud se considera terrorismo, a pesar de que las condiciones etílicas y pendencieras sean las mismas.
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