Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

lunes, 12 de diciembre de 2016

Con adviento fresco

¿Qué es el adviento? dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es adviento? ¿Y tú me lo preguntas?. El adviento son las cuatro semanas previas a la celebración del natalicio de Cristo que la iglesia coloca desde finales de noviembre y que notarás porque el cura, si es que aún lo hacen así, que no estoy al día, suele vestir de morado, que denota humildad y penitencia, dicen. Suele ponerse una casulla de este color morado (La sobrecapa por encima del alba, que es el camisón blanco que suelen llevar).

Bueno, pues eso, que estamos en adviento, que significa "venida" de Cristo. Nadie tiene ni repajolera idea de cuándo nació Jesucristo pero los listos de la Iglesia, que no son tontos, colocaron el nacimiento de Cristo justo cuando uno puede comprobar que el día se empieza a hacer más largo, justo en el solsticio de invierno,  a seis meses exactos del opuesto que es San Juan. Ya que se considera a Cristo la luz del mundo, con harto cabreo competencial de Endesa e Iberdrola, la iglesia colocó la navidad en el punto exacto de sus intereses. De hecho el nombre vasco para llamar a la navidad, que en los países mediterráneos significa natividad (Nacimiento) es "Eguberria" que significa "Sol nuevo". Y es que las pequeñas cosas del paganismo que el religiosísimo pueblo vasco guarda desde ni se sabe cuando, revela más de lo esperado.

En los tiempos modernos el adviento significa cenas y comidas de empresas, lotes de productos a engullir, lucecicas por las calles, horarios comerciales exagerados, trasiego de personas que, como las polillas y Caroline la de Poltergeist, van hacia la luz... de los escaparates. Y, claro, recuperar de la parte más recóndita del altillo o del desván las cajitas que guardan arbolitos, figuritas, bolitas y luces enmarañadas que son un desafío mayor que el cubo de Rubik.

Mi desproporcionado Belén con su rey mago de la dinastía Ming

Y a mí, que soy vaga por naturaleza, me da taaaanta pereza vestir de navidad la casa y el lugar donde trabajo, porque lo hago de cara al público y soy la designada para decorar de fiesta navideña el lugar. ¿Por qué tomarse el trabajo de ponerle bolicas a un árbol que, a pesar de todas las medidas de conservación ha cogido polvo filtrado por las rendijas de su caja y te deja las yemas de los dedos cubiertas de una película que notas, si dentro de tres semanas eso vuelve a guardarse durante once meses más?

Y lo que es peor ¿Por qué hay villancicos tradicionales por todas partes que te taladran las orejas? Niños cantando mentiras, tralará, como que los peces beben en el río o fustigando al burro para que corra, cargada de chocolate o no, tamborcillos ropopompón, o equilibrios de campanas sobre campanas. ¡Y aún nos queda una semana de adviento antes de que empiecen las navidades!

5 comentarios:

Esti dijo...

Los villancicos es una música infernal, sólo comparable a las jotas, la cumbia o las canciones de los tunos.

Y nunca entendí muy bien lo del calendario de adviento hasta que vi esta noticia con un calendario de adviento... ¡de queso!: http://www.traveler.es/viajes/mundo-traveler/articulos/crean-calendario-de-adviento-de-queso/9849

Anónimo dijo...

El Belen mas famoso de todos los blogs por repetitivo. ;-p

Siempre suya dijo...

Ya sabes: "cada cosa a su tiempo y los nabos en adviento"

Emilio Manuel dijo...

Yo vivo en adviento permanente.

Saludos

Robin dijo...

Mira que yo fui a colegio de monjas y ni idea tenía de advientos hasta que empecé a ver canales de la tele alemana. Y de lo de las casullas moradas me entero por ti ahora...el belén que has montado es muy bonito. Yo no pongo porque los perros mutilan las figurillas, de hace años ya.