Días intermitentes. Uno laborable, otro festivo; uno bajo cero, otro con temperatura suave. Con esta climatología "ahora, sí, ahora, no" no me extraña que acabemos afectados en nuestra cordura.
Aún todavía, cuando luce el sol mortecino de diciembre, la chumbera del camino luce con todo su esplendor y sus higos colorados.
Nadie viene con un par de guantes y un cuchillo a por la fruta.
Nick Cravat, el secundario acróbata y mudo
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El otro día me acordé de este actor secundario tan expresivo. Solía
aparecer en las pelis donde su gran amigo, Burt Lancaster, hacía de galán
atlético c...
Hace 6 días
1 comentario:
A mi me encantan los coloraos aunque ya tenemos que esperar al próximo año para volverlos a catar.
Saludos
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