Tebeos

Tengo a los albañiles en el tejado. Hoy comienzan las reparaciones del tejado y se anuncian tres días de temporal. Si la familia Churumbel -he decidido rebautizar a los vecinos como a esta famosa familia calé del cómic español de todos los tiempos- no se hubiera metido a sacar tajada, ya no tendría que soportar el olor del tabaco de uno de los paletas, que parece la chimenea de la central térmica de Pasaia, y el tiempo no nos jodería la marcha de la obra.

Una nota de culturalidad: Años ha, hubo una poderosa y afamada editorial barcelonesa llamada Bruguera, que endulzó la gris época del siglo pasado en la que por aquí se servía en una mili perpétua con alegres y coloristas tebeos. De entre los dibujantes que estuvieron en nómina como Ibáñez, Escobar, Segura o Schmidt, habría que rendir tributo a Vázquez, creador, entre otros de las hermanas Gilda, la familia Cebolleta, la abuelita Paz, mi queridísimo Anacleto, agente secreto y a la mismísima familia Churumbel. Quizá todos ellos os suenen menos que Mortadelo y Filemón o Zipi y Zape, que son lo que ha sobrevivido a la muerte de Bruguera. Quizá se deba a que Manolo Vázquez muriera joven y casi a la vez que la época dorada del tebeo español.

Para que os hagáis una imagen de mis vecinos. Manué y Rosariyo Churumbel, y el nene, que menudo es.