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lunes, 11 de diciembre de 2017

Mujeres detectives vascas

Una vez leí por ahí que la tan denostada novela negra es, en realidad, un excelente retrato de la sociedad local del lugar donde se desarrolla la acción. No sé si fue leyendo un artículo de Márkaris o de Giménez Bartlett. Puede que hasta de ambos.

Estaba zascandileando por el facebook, dando la tabarra, como siempre, y he recordado que cierta vez comentamos algo acerca de la novela negra vasca. Ya se sabe que el pueblo vasco es muy pequeño, pero tiene su mínima producción de novela negra. Así, a bote pronto, cuento con cuatro mujeres, y no hombres, curiosamente, que se dedican a desentrañar crímenes.

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De las cuatro mujeres protagonistas, dos son inspectoras de policía, otra es una funcionaria de limpieza proveniente del mundo rural, detective por casualidad, y otra, escritora residente en un faro. De los creadores, dos son mujeres y los otros dos, varones, y la sexualidad de las protagonistas también empata: Dos son lesbianas y las otras dos, heterosexuales. Y, para acabar, de todas ellas, sólo una mantiene una vida de pareja, aunque no voy a hacer espóiler sobre esto último.

Amaia Ezpeldoi:

Este es el personaje más antiguo de las cuatro, y, curiosamente el único cuyas aventuras se desarrollan en lengua vasca en su versión original. Su autora es Itxaro Borda, quizá su personaje sea una extensión de la propia autora. Amaia Ezpeldoi es una mujer con problemas de comunicación, idealista, izquierdista y pasional. Un personaje que vive casi en una marginalidad lingüística y heterocéntrica. Lesbiana y vascoparlante en un lugar en el que Francia impone su colonialismo lingüístico sin oficializar otros idiomas que aún perduran, pero con enorme dificultad.



Amaia Ezpeldoi se mueve, primeramente, en un ambiente rural resolviendo casos que van envueltos en los problemas que tenía la propia región suletina de donde es el personaje. "Bakean ützi arte" (Hasta que nos dejen en paz) es de 1994. Este es el primero de una trilogía que abarcó, aparte del mencionado, "bizi nizano munduan" (Mientras viva en el mundo), de 1996, y "Amorezko pena baino" (Más que una pena de amor), 1996. A partir de esta novela, la detective Ezpeldoi se mueve por otros lugares distintos a su pequeña comunidad. Esta vez, la acción se sitúa en la Ribera de Navarra.

Once años después retoma el personaje y sus historias que se mueven por las otras provincias vascas del país vecino. En "jalgi hadi plazara" (Que salga a la plaza), 2007, que es uno de los versos de Kontrapas, uno de los poemas de "lingua vasconum primitiae" de Bernat  Etxepare. Amaia Ezpeldoi investiga las muertes de unos lingüistas vascos. Su última aparición, hasta ahora, es en "boga-boga"(2012), donde nuestra detective se ve inmersa en una investigación que propicia reflexiones y críticas a la convulsa época de los 80. 

El personaje evoluciona con los años. Comienza siendo bisexual para definirse lesbiana en el penúltimo libro de la serie. Itxaro Borda vuelca en el personaje una crítica del entorno en el que vive casi hasta convertirlo en una parodia.

Felicidad Olaizola:

Personaje del escritor Javier Otaola. Es una suboficial perteneciente a la unidad de investigación de la ertzaintza adscrita a una comisaría de Bilbao. en "brocheta de carne"(2003), la inspectora debe investigar una serie de crímenes sexuales donde se ven envueltos el dueño de restaurantes chinos o un pastor evangélico.



En "as de espadas" (2009) la suboficial Olaizola investiga un crimen ocurrido en el entorno del siempre misterioso Opus Dei. Otaola vuelve a plasmar el curioso ambiente de la sociedad bilbaína.

El personaje de Felicidad Olaizola lidia con ser mujer en un entorno patriarcalista como es la policía, con ser lesbiana, en un mundo heterocentrista y en no mantener relaciones estables, en un mundo diseñado para ello. Una de sus aficiones, por ejemplo, es ligar por internet.

Una pena que Javier Otaola, centrado en sus tareas masónicas y de investigación y divulgación de estas, no encuentre un hueco para regalarnos otra entrega de las aventuras de la suboficial Olaizola.

Amaia Salazar:

La inspectora de la Policía Foral de Navarra quizá se haya convertido en el personaje más conocido gracias a la trilogía escrita por Dolores Redondo y a la película, eternamente sumergida en agua, que ambienta de gris la búsqueda del asesino de jóvenes en el Baztán.



Dolores Redondo escribió entre 2013 y 2014 tres libros donde narra las investigaciones de la inspectora Salazar y la búsqueda de asesinos en su entorno natal de Elizondo. De todas las mujeres protagonistas de las novelas que describo, Amaia Salazar es la única que mantiene una relación estable con un artista norteamericano al que conoció unos sanfermines en Pamplona. Durante la trilogía el personaje llega a tener un hijo.

Lo que ha funcionado muy bien, sobre todo para el turismo de la zona, es imbuir la historia de la rica mitología local, donde aparece Basajaun o la diosa Mari. El personaje principal también llega a descubrir al lector su tormentosa infancia y los terribles secretos de su familia. Salazar es la pequeña de tres hermanas y tiene una anciana tía que llega a ser su protectora, entre otras cosas por su fina clarividencia.

Leire Altuna:

Personaje de Ibon Martín retratado en cuatro novelas. En la primera, "El faro del silencio", 2014, nos cuenta la historia de esta mujer escritora de novela romántica vive en el Faro de la Plata situado a la entrada del puerto de Pasajes. En plena crisis creativa la escritora encuentra un cadáver a la puerta de su casa. El autor entremezcla viejas historias del pasado del puerto pesquero cuando, en los años 80, la heroína destrozaba la vida de tantos jóvenes.



La fábrica de las sombras, 2015, enlaza a Leire Altuna con una terrible historia ocurrida en Orbaizeta, población navarra cercana a la frontera francesa. Leire Altuna llega a la historia de la mano de un personaje secundario de la novela anterior y en la presente explica varios aspectos del pasado de la escritora de novela romántica.

Ibon Martín ha publicado otras dos novelas relacionadas con Leire Altuna (El último akelarre, 2016, y la jaula de sal, 2017, pero no he leído ninguna de ellas).

Leire Altuna es una mujer solitaria, igual que Amaia Ezpeldoi o Felicidad Olaizola, en contraposición a Amaia Salazar, que tampoco mantiene una relación estable de pareja como ninguna de las tres primeras.

Las mujeres de estas novelas negras reflejan como pocos el pulso del entorno en el que viven. Podríamos sumar al personaje de Jose Javier Abasolo, Mikel Goikoetxea, detective privado, ex-ertzaina, pero como no se trata de una fémina, lo dejamos para otra vez.

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