Caído del cielo

Ayer a mediodía, pocos minutos antes de las doce, subía la prolongació Guimerà hacia casa. La prolongació Guimerà es, como su nombre indica, un alargamiento de una céntrica calle manresana. Como decía, subía por ahí cuando a escasos 30 centímetros deltante de mí cayeron del cielo unas tijeras estampándose contra la acera.

Pues eso me cayó del cielo

Del cielo quizá es exagerar, digamos de una de las terrazas de la casa por donde pasaba yo. Yo subía a mi acostumbrado paso ligero y justo se había cruzado conmigo una pareja magrebí. Yo miraba las tijeras, que no me habían dado de milagro mientras el hombre magrebí me preguntaba si me había herido. Los tres nos quedamos mirando a la fachada pero no se asomó nadie. Aparté las tijeras de la vía y las dejé a la entrada del portal y nos despedimos los viandantes.

¿Y si me llega a dar? ¿Y si encima me caen de punta? Eso sí, nadie se atrevió a dar la cara desde la fachada. Me ha recordado a Chus Lampreave haciendo de portera en "mujeres al borde..." cuando cuenta como al personaje interpretado por Ana Leza (La primera mujer de Antonio Banderas) le cae un zapato del cielo.