El pan y la sal

Hay una noticia hoy que ha soliviantado a muchos científicos. La inversión pública en I+D+I va a reducirse un 15%. Es decir, que se va a reducir la pasta que dan a los investigadores para sus quehaceres. La crisis obliga al gobierno, o eso dicen, y la ministra de cultura, sale al ruedo a lidiar con ese toro que le han dejado en suerte los miembros de su cuadrilla. No sé si el gasto militar para ir a hacer el imbécil a Afganistán se reducirá o no. Quizá con subirnos los impuestos indirectos -el IVA- les sea suficiente. A mí me parece una burrada. El pobre parado que está a punto de ver extinguirse el subsidio de desempleo, después de agotada la prestación, cada vez que compre el pan, va a estar pagando la ayuda que pidió el hijoputa de su jefe para no tener que cerrar la fábrica, y por la cual redujo plantilla, ante la falta de trabajo, según él, aunque los pocos afortunados que siguen en el tajo estén como negros intentando suplir a todos los despedidos.

Pero yo hablaba de educación y ciencia, y solapadamente de Bolonia. A menos pasta pública, los ingresos privados sólo irán a parar a las universidades y estudios que la empresa privada desee, como es lógico. Y, claro, las universidades públicas se comerán una mierda. Así volveremos a tener una educación superior sólo para quienes puedan pagarla porque ¿qué es eso de que los hijos de los currantes estudiemos en la universidad, tamaña desvergüenza? Y subirán los posgrados, porque ya con la licenciatura no se demuestra nada, y si no se paga un master del universo, no hay empleo.

Vamos que este post me está quedando negro y amargo como un café cargado. La crisis hace daño, pero más a los de siempre. Entre los empresarios hay mucho frote de manos, por no decir de otros apéndices corporales. Hacen limpieza en sus fábricas y meten la nariz en los semilleros de futuros expertos cualificados, que les cuesta poco y pueden contratarlos formados, y mientras tanto a la mayoría le va a costar entrar en la educación superior por falta de ingresos, acrecentado por la subida de impuestos. No es que te nieguen el pan y la sal, es que te hacen imposible poder pagarlo por el incremento del IVA.